Con la coordinación de la Cancillería argentina, representantes del sector de la bioenergía de nuestro país realizaron una visita a Suecia, donde participaron de World Bioenergy 2014 y mantuvieron reuniones con actores locales, claves en el sector. La delegación nacional estuvo integrada por funcionarios del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), los gobiernos de las provincias de Entre Ríos y Misiones y la iniciativa Probiomasa.
Desarrollado entre el 2 y el 5 de junio en la ciudad de Jönköping, World Bioenergy, incluyó conferencias, talleres y encuentros en materia de bioenergía, tecnologías de base biológica y nuevas soluciones de negocios en esta área, lo que permitió a los participantes argentinos establecer contactos de interés y acceder a contenidos y experiencias de última generación. La visita a Suecia también incluyó encuentros con representantes de instituciones como el Consejo Sueco de Investigación, la Agencia Sueca de Innovación y el Ministerio de Energía (con el que se acordó avanzar en la búsqueda de áreas de mutuo interés en materia de energías renovables), así como a empresas. Estas actividades permitieron potenciar los mecanismos y áreas de vinculación y cooperación público-privada con Suecia, con miras a desarrollar proyectos de inversión y transferencia de tecnología y explorar alternativas de asociatividad comercial que favorezcan el desarrollo económico del entramado productivo argentino.
La visita a Suecia está en línea con el impulso dado por el Estado argentino al desarrollo de las energías renovables. Argentina es uno de los principales actores en los mercados mundiales de biodiésel, y actualmente se busca triplicar la contribución de la biomasa en la matriz energética nacional, a través de iniciativas públicas como Probiomasa y del trabajo conjunto del INTA y el CONICET. En Suecia, la delegación argentina buscó, por un lado, impulsar proyectos para el desarrollo de subproductos con alto potencial como biocombustibles y bioenergía y, por otro lado, promocionar proyectos que apuntan a incorporar mayor valor agregado a la producción nacional a través del aprovechamiento de residuos de la industria agrícola y forestal, desperdicios de animales, desechos sólidos urbanos y otras variantes de biomasa.