El 25 de noviembre se conmemora el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres, aprobado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su Resolución 54/134.
La posición de la Argentina sobre la prevención y la eliminación de la violencia y la asistencia a las víctimas en el ámbito de su política exterior es consecuente con la importancia que ocupa la cuestión a nivel nacional. En este sentido, 2016 marcó un hito importante, ya que el Presidente Macri lanzó el primer Plan Nacional de Prevención, Asistencia y Erradicación de la Violencia contra la Mujer a fin de implementar la Ley de protección integral para prevenir, castigar y erradicar la violencia contra la mujer en todas las áreas donde se desarrollan relaciones interpersonales.
La Argentina ha adherido a las normas internacionales sobre prevención y sanción de la violencia contra las mujeres y las niñas. Es de suma importancia para la defensa de los derechos humanos y particularmente de los derechos de las mujeres que la Constitución Nacional establezca la garantía del pleno ejercicio de los derechos políticos mediante la igualdad real de oportunidades entre varones y mujeres (artículo 37) y defina que los tratados internacionales de derechos humanos allí incorporados, entre ellos, la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW) de 1979, tengan jerarquía constitucional y deban entenderse como complementarios de los derechos y garantías reconocidos en el texto constitucional.
En este marco, la Cancillería argentina acompaña, promueve y trabaja en pos de la implementación de las Convenciones, Resoluciones y diversos instrumentos del sistema internacional y regional en pos de la eliminación de la violencia contra las Mujeres.
La Argentina se encuentra fuertemente comprometida con el logro de los Objetivos de Desarrollo Sustentable propuestos por la Agenda 2030, los cuales no sólo incluyen la meta específica de poner fin a la violencia contra las mujeres y las niñas sino que también afirman que no es posible el desarrollo si no se tiene en cuenta a más de la mitad de la población.