El vicecanciller Roberto García Moritán, junto al viceministro de Relaciones Exteriores de Italia, el senador Franco Danieli, presidió ayer una recepción en la Embajada italiana en Buenos Aires, donde se realizó una presentación sobre los alcances y beneficios del Sistema Ítalo-Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias (SIASGE), cuya puesta en marcha se llevó a cabo exitosamente con el lanzamiento del satélite COSMO-ShyMed desde la base estadounidense de Vandenberg, California, el pasado 7 de junio.
El Plan Espacial Nacional 2004-2015, aprobado en 2004 por el Presidente Néstor Kirchner, tiene como componente fundamental al sistema SIAGE, que recibió un gran impulso el pasado 30 de junio de 2006, cuando el canciller Jorge Taiana recibió al Presidente de la Agenzia Spaziale Italiana, profesor Sergio Vetrella, con quien acordó profundizar “esta asociación estratégica con Italia, que es de vital importancia para el desarrollo tecnológico de nuestro país.”
El director ejecutivo y técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) fue el encargado de realizar la presentación del SIASGE, un importante proyecto de cooperación tecnológica entre la República Argentina y la República de Italia, a través de sus agencias espaciales –la CONAE y la Agencia Spaziale Italiana (ASI)– que se convierte en el primer sistema satelital del mundo diseñado específicamente para prevenir, monitorear, mitigar y evaluar catástrofes y que involucra, además de la conformación de un sistema de satélites, un vasto programa de capacitación de usuarios de información satelital, así como el desarrollo de herramientas informáticas y redes de trasmisión de datos espaciales.
El sistema SIASGE se basa en dos constelaciones de satélites –los SAOCOM argentinos y los COSMO-SkyMed italianos– y gracias a la tecnología de radar de última generación, es capaz de “ver” la superficie terrestre, tanto de día como de noche y en cualquier condición climática, logrando algo inédito en la historia: obtener imágenes desde el espacio cada 12 horas de cualquier desastre natural o causado por el hombre (inundaciones, terremotos, incendios, deslaves de terreno, sequías o derrames de petróleo), en cualquier rincón del planeta; información espacial completa y predictiva que se volverá imprescindible para el resto del mundo.
A este sistema se le agrega además una gran cantidad de otras aplicaciones, con lo cual se constituye en un logro múltiple: no sólo permitirá predecir catástrofes –y como consecuencia mitigar sus efectos– sino que también ofrecerá servicios de monitoreo conceptualmente nuevos para la agricultura, la salud pública, la cartografía, los recursos naturales y marinos y el manejo del medio ambiente, entre otros.