Hong Kong-China, 14 de diciembre 2005
Sr. PRESIDENTE:
Desearía agradecer en nombre de la República Argentina a las autoridades de Hong Kong-China por su generosa hospitalidad y por la magnífica recepción que nos brindan en esta fascinante ciudad.
Felicito a usted, señor Presidente, por su designación así como a los demás miembros del buró. Esperamos, bajo su guía, poder alcanzar resultados que nos acerquen al objetivo de finalizar esta negociación el año próximo.
Permítame asimismo asociarnos a las delegaciones que han dado la bienvenida a Tonga a nuestra organización y alentar a los demás países que están próximos a concluir las negociaciones para su adhesión. La incorporación de nuevos miembros fortalecerá a la OMC y al multilateralismo
La Ronda Uruguay produjo resultados positivos pero también desequilibrios e inequidades que es preciso corregir. Debemos ahora revertir la situación desventajosa en la que han quedado los países en desarrollo y menos adelantados.
En esta semana de intenso trabajo en Hong Kong tenemos que recuperar el espíritu del Mandato de Doha y mantener el grado de ambición que allí acordamos. Debemos avanzar principalmente en los temas de interés para los países en desarrollo a los cuales no se les debe pedir compromisos desproporcionados.
Uno de los mayores problemas del comercio internacional es la persistente asimetría entre la liberalización del comercio de productos industriales y los productos agrícolas.
Existe una discriminación negativa contra los países productores de bienes agrícolas y productos agrícolas procesados que atenta contra sus posibilidades de crecimiento sostenido e impide mejorar los niveles de ingresos de la mayoría de la población mundial. Se trata, desafortunadamente, de aquellos que habitan en países en desarrollo. Tal vez, incluso, éstos todavía sean países en desarrollo precisamente por aquella discriminación.
En agricultura, esta Ronda debe eliminar todas las formas de subsidios a las exportaciones, reducir drásticamente los subsidios internos y facilitar mayor acceso al mercado de esos bienes. Si no lo hace, habrá fracasado, aunque digamos lo contrario.
El escenario y los actores de esta negociación ya no son los mismos del pasado. Desde Cancún, el G20 continúa demostrando que es una herramienta formidable de los países en desarrollo en la negociación agrícola.
Junto a nuestros socios hemos presentado propuestas en la mayoría de los temas, poniendo así de manifiesto responsabilidad y voluntad para alcanzar acuerdos. Nuestras propuestas son apropiadamente ambiciosas, equilibradas y sensibles a los intereses de los países en desarrollo y menos adelantados. Pero también conducentes a la búsqueda de consensos aceptables y en beneficio de todos los Miembros.
A esta altura ya nadie puede desconocer que el motor de esta negociación es la agricultura, de la cual depende la supervivencia de millones de personas, particularmente en los países en desarrollo.
SEÑOR PRESIDENTE:
Los problemas de los países en desarrollo no se van a arreglar con mejoras puntuales ni con dádivas o más promesas incumplidas. La liberalización comercial debe encuadrarse en un contexto político, económico y social apropiado.
La misma no puede operar en el vacío ni aplicarse de manera selectiva. Debe servir globalmente para lograr la eficiencia económica con equidad y dar lugar a una mejor redistribución del ingreso, a la eliminación del hambre y a la erradicación de la pobreza.
Dicha liberalización tampoco puede aislarse de la necesidad de preservar un adecuado espacio para las políticas activas de los Gobiernos en pos de objetivos económicos y sociales. Pretender que la liberalización comercial pueda ignorar esas necesidades es simplificar excesivamente la ecuación negociadora.
SEÑOR PRESIDENTE
Como en toda negociación, es obvio que cada Miembro debe ponderar adecuadamente sus equilibrios entre costos y beneficios. Es indudable que en términos generales los beneficios para los países en desarrollo deberán ser superiores a sus costos o ésta no será la Ronda para el Desarrollo.
Por otra parte, es precisamente el desarrollo y no la liberalización comercial el objetivo central de esta negociación, si se quiere realmente corregir las actuales asimetrías y alcanzar una distribución más equitativa de los beneficios de la globalización.
En ese sentido, advertimos que las aspiraciones de algunos miembros en materia de bienes industriales y servicios, fuera de toda proporción con lo que están preparados para ofrecer en agricultura, más allá de afectar severamente el espacio necesario para políticas públicas industriales y el ejercicio de la soberanía regulatoria en servicios, pondrá en riesgo la posibilidad de alcanzar los consensos necesarios para el cierre de una negociación.
SEÑOR PRESIDENTE:
Mi país está saliendo adelante, con gran esfuerzo, de la mayor crisis económica de su historia, en un contexto financiero y comercial muchas veces adverso. Como tantos otros países en desarrollo, nos beneficiaría contar con mejores condiciones en el sistema multilateral de comercio, mejor acceso a los mercados para nuestros productos y disponer de los espacios de política necesarios para un crecimiento con igualdad e inclusión social.
Utilicemos estos días que tenemos en Hong Kong para cumplir con el Mandato de Doha. El sistema multilateral de comercio debe de una vez por todas comenzar a ser una garantía para asegurar un mejor acceso a mercado y un mejor nivel de vida para millones de personas. Ese es el desafío que tenemos por delante. Esperamos esta vez estar a la altura de esa circunstancia.
Muchas gracias.