La Secretaría de Culto de la Cancillería argentina ofreció hoy en el Palacio San Martín una recepción a representantes de las colectividades judía y musulmana de la Argentina, para celebrar de manera conjunta dos festividades centrales de sus respectivos calendarios litúrgicos, el Rosh Hashaná 5768 –Año Nuevo judío– y el comienzo del mes sagrado de Ramadán.
“Nuestros mayores, de diferentes comunidades, culturas y religiones, vinieron a esta tierra buscando paz y libertad; hoy, cuando se ha consolidado ese sueño que ellos tenían, podemos decir que no les hemos fallado y sumamos este acto, que es un pequeño aporte a la paz y un remanso frente a tantas situaciones que existen en el mundo y que criticamos” dijo este mediodía el secretario de Culto Guillermo Oliveri al abrir este importante encuentro interreligioso que tuvo también como oradores al Sheij del Centro Islámico Argentino, Ibrahim Moustafá Gabr, al Gran Rabino de la AMIA, Shlomo Benhamú y del cual participaron, entre otros, el Embajador argentino ante el Vaticano, Carlos Custer y el Obispo de Chascomús, Monseñor Carlos Malfa.
Luego de trasmitir a los presentes el saludo del canciller Jorge Taiana, quien se encuentra en Europa, Oliveri señaló que “el diálogo interreligioso en nuestro país es bueno y hay que cuidarlo y regarlo como si fuera un jardín”
Musulmanes y judíos se guían por diversos calendarios: el islámico es lunar y el hebreo, lunisolar, razón por la cual no siempre estas fechas son coincidentes, como ocurrirá este año con la circunstancia especial de que ambas celebraciones comienzan el 13 de septiembre. Aprovechando la coincidencia, el secretario de Culto, embajador Guillermo Oliveri, les propuso a los referentes de ambas comunidades la idea de compartir un encuentro –que las entidades centrales del judaísmo y del Islam apoyaron abiertamente– que, aunque habitual en nuestro país, probablemente no tenga correlatos en ningún otro lugar del mundo.
“Queremos a este país, a sus ciudadanos a su cultura y su apertura y recepción calurosa a todas las personas del mundo, por eso debemos contribuir con la respetuosa convivencia que reina en la Argentina” dijo por su parte el Sheij del Centro Islámico Argentino, Ibrahim Moustafá Gabr, y agregó que “este encuentro espiritual es una prueba de hermandad y unión en la búsqueda de un mismo objetivo: sembrar el amor y la paz en el mundo” ya que “todos los mensajes revelados a todos los profetas, sin distinción, convocan al amor, a la paz y a obrar para alcanzar el bienestar general, y nosotros creemos en esas revelaciones y nos sometemos a ellas”
“El sagrado Corán –prosiguió Moustafá Gabr– da a los hombres la libertad de elegir su creencia y no fuerza a nadie a creer, pero señala que hay que aceptar a los demás sin discriminar y con total respeto al prójimo. El principal objetivo de los mensajes celestiales es que todas las personas acepten a sus semejantes por encima de sus creencias, raza, nacionalidad, ricos o pobres”
El Gran Rabino de la AMIA, Shlomo Benhamu, –quien durante su intervención llamó en más de una ocasión “hermana comunidad árabe” al pueblo musulmán y a sus dirigentes y los felicitó por el Ramadán– comenzó agradeciendo especialmente a la Secretaría de Culto que, “siempre abierta y con total predisposición, ayuda cuando se necesita” y destacó la “humildad en sus funcionarios”
Benhamu señaló que “esta reunión de hoy tiene que ser algo más que una coincidencia física: debemos estar juntos en el pensamiento. El Profeta Jeremías nos dice que hay que orar por la paz en la Nación donde habitamos y hay otra oración muy especial que pide por el bienestar y la paz en todas las naciones del mundo”
El Rosh Hashaná (en hebreo, cabeza de año), se celebra entre los días 1 y 2 del mes de Tishri, primero del calendario judío. Según esta tradición, Dios creó el mundo y con él al primer hombre. Esta celebración da inicio a diez jornadas de reflexión que culminan con la festividad del Yom Kipur (Día del Perdón), cuando se realiza un balance de lo vivido. Los judíos consideran estos momentos propicios para un examen de conciencia, tanto para el individuo como para la comunidad. Rosh Hashaná celebra al hombre libre, aquél que se siente moralmente responsable no sólo por lo que hizo, sino también por lo que dejó de hacer.
El Ramadán, por su parte, celebra la revelación del Santo Corán a Mahoma. Es un tiempo de alegría para los fieles, que encuentran en las enseñanzas del Libro Sagrado la luz para vivir cada día más y mejor sometidos a Dios. Durante el mes de Ramadán los musulmanes hacen ayuno desde el alba hasta que se pone el sol. De esta manera, el creyente musulmán manifiesta su veneración a Dios y su adhesión a la doctrina revelada en el Corán al profeta.