\"La Shoá fue uno de los principales dramas de la historia del siglo XX, que no pertenece sólo al pueblo judío, sino a todos\", afirmó anoche el Secretario de Culto de la Nación , Guillermo Oliveri, al participar del cierre de las jornadas sobre \"La fe en Dios después de Auschwitz\", que se desarrollaron en el Auditorio \"Manuel Belgrano\" de la Cancillería Argentina.
Organizada por la Secretaría de Culto junto a la organización B´nai B´rith (institución judía fundada en 1930) y la Confraternidad Argentina Judeo Cristiana, participaron de los paneles el pbro. Víctor Manuel Fernández, Rector de la Universidad Católica Argentina; el rabino Daniel Goldman, de la Comunidad Bet El, y el sociólogo Fortunato Mallimaci. Participó además el embajador de Israel en la Argentina , Daniel Gazit, y altas autoridades de la AMIA y la DAIA.
Oliveri puntualizó que “desde la Cancillería se ha hecho y se seguirá haciendo memoria para fortalecer y promover la justicia y que no vuelvan a repetirse violaciones sistemáticas y masivas de los derechos humanos”.
Por su parte, el rabino Goldman señaló “la necesidad de comprender que la Shoá es el verdadero nombre de lo sucedido y no puede hablarse de holocausto”. “Este –dijo-, tiene una connotación de un ofrecimiento para un fin determinado y la Shoá es un horror que no es comparable con nada, sólo con la Shoá ”. Y avanzó, por último, en tratar de interpretar el antes, el durante y el después de lo ocurrido en Auschwitz.
Por su parte, el rector de la UCA , planteo en su reflexión la idea de, luego de Auschwitz, “revisar nuestra fe y en lo particular desde la propia teología cristiana. Marcó, entre otros aportes, “el desafío de partir de un compartido humus con el pueblo judío, indispensable para entender los hechos. La fe no es una mera relación individual con Dios, sino comunitaria, para de esa manera llegar, con el otro, al fin de proponer iluminar nuestras vidas. Al mismo tiempo es imprescindible hacerlo para frenar los excesos del poder humano”.