Mañana, 29 de julio, la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, acompañada por el Canciller Héctor Timerman, presidirá en la ciudad de Brasilia el acto oficial de inauguración de la nueva embajada argentina en la República Federativa del Brasil.
Este acto formal de apertura es la culminación de un proyecto que se inició en 2004 y representa, al mismo tiempo, otro logro de la profunda relación bilateral desarrollada en los últimos años y que abarca los más diversos ámbitos, en el marco -además- de la asociación estratégica entre ambos países.
• EMBAJADA ARGENTINA EN BRASIL: RESEÑA HISTÓRICA.
La sede de Río de Janeiro
El primer representante argentino en territorio brasileño fue Manuel de Sarratea, como enviado de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Llegó a Río de Janeiro, entonces capital de la corte portuguesa, en la primera década posterior al año 1810. Otros representantes argentinos en Río de Janeiro durante el siglo XIX fueron el militar Tomás Guido (estrecho colaborador del General José de San Martín en su expedición libertadora), el escritor José Mármol (poeta y autor de la primera novela argentina, “Amalia”) y el historiador Vicente Quesada.
Durante buena parte del siglo XX, la Embajada de la República Argentina en Brasil tuvo como sede, en Río de Janeiro, el llamado Palacio Guinle (en recuerdo de la familia que lo hizo construir), localizado en la Praia de Botafogo.
• LA SEDE EN BRASILIA: ANTECEDENTES
Cuando se planificó la ciudad de Brasilia se destinó una zona específica para Embajadas. En 1968 el gobierno de la República Federativa de Brasil donó a la República Argentina un predio en la zona. El terreno destinado a la Argentina fue el designado con el número 12 del Sector de Embajadas Sur: un rectángulo de 25.000 mts2 de superficie, lindero a los terrenos de las representaciones diplomáticas de Chile y de Venezuela
Si bien la República Argentina contó con dos proyectos arquitectónicos para construir la Embajada en Brasil (1970 y 1994), nunca llegaron a iniciarse las obras. Distintas circunstancias impidieron efectuar la construcción de la representación diplomática.
Primer Proyecto, en 1970
La Secretaría de Estado de Obras Públicas y Transporte de Argentina llamó a concurso para la construcción del edificio; fue seleccionado el proyecto presentado por el equipo encabezado por el arquitecto Francisco Bullrich. El proyecto era de 6.000 mts2 e incluía Cancillería, Residencia del Embajador y dependencias. En 1978 por ley se autoriza la venta del Palacio Guinle en Río de Janeiro y el Gobierno argentino recibe a cambio, de la empresa FORTES, metros cuadrados de superficie cubierta que corresponde a 15 locales en planta baja, todo el primer piso y 30 cocheras. El objetivo era utilizar los locales y las cocheras sin uso para obtener en contraprestación por el traspaso de las mismas a la empresa FORTES la construcción sin cargo del edificio de la Embajada en Brasilia.
Segundo Proyecto, en 1993
Se realizó en aquel año un concurso público para la elección del proyecto arquitectónico y la empresa constructora. Un jurado eligió al proyecto de Manteola, Sanchez Gomez, Santos y Solsona S.A., y la empresa constructora Hochtieff. En mayo de 1994 se firmaron los contratos definitivos. El proyecto era de 1.500 mts2 sin residencia.
En 1994, debido a los cambios producidos en la economía brasileña (Plan Real) la compañía constructora declina continuar con el proyecto ya que la partida asignada resultaba insuficiente. En 1998 se decidió retomar el objetivo, continuando con el proyecto seleccionado en 1994. Entre 1998 y 1999 se cumplieron las etapas administrativas que posibilitan la compra de los planos definitivos, ya que el proyecto anterior había sido anulado. El tiempo previsto era de 2 años, pero nunca llegó a licitarse nuevamente la construcción.
Tercer Proyecto: 2004 - 2011
Con la llegada del Presidente Néstor Kirchner a la Presidencia de la Nación, se puso en marcha el proyecto, en 2004. Pese a las estrechas relaciones entre ambos países, la Argentina era uno de los pocos países latinoamericanos que no contaba con una embajada propia (es decir, en un inmueble propio) en Brasil.
El proyecto, cuyos planos habían sido aprobado una década antes, fue el diseñado por el estudio de arquitectura Manteola, Sánchez Gómez, Santos, Salaberry, Solsona, de Buenos Aires. La empresa seleccionada para realizar la construcción, tras la licitación pública realizada en 2007, fue la constructora MTD Engenharia Ltda. El contrato era de 27 meses. El Estudio Aslan y Ezcurra S.A. estuvo a cargo de la dirección de la obra, que se inició en diciembre de 2007.
Se trata de un volumen con dos niveles, en forma de L. La circulación interior rodea a un gran patio. El proyecto tiene una plataforma de acceso que incluye un gran espejo de agua y una gran columnata frontal como fachada exterior. La superficie cubierta es 4.000m2, es una de la Embajadas más grandes de Brasilia y una de las mayores en sedes con que cuenta la Argentina en el exterior. El terreno total es de 25.000 m2.
La piedra fundamental de este nuevo proyecto fue colocada el 7 de diciembre de 2007. El acto estuvo presidido por el entonces Vicecanciller Roberto García Moritán, con la presencia del Vicecanciller de Brasil, Samuel Pinheiro Guimaraes, el Embajador argentino en Brasil, Juan Pablo Lohlé, y el Subsecretario de coordinación y cooperación internacional, Embajador Rodolfo Ojea Quintana.
Brasilia, capital de la diplomacia mundial
La primera Embajada abierta en Brasilia fue la de los Estados Unidos, dos meses antes de la inauguración de la capital. Actualmente Brasilia tiene 124 embajadas residentes. Este número es muy superior al previsto en el proyecto urbanístico de Lucio Costa, de 1957. En ese momento, el arquitecto había reservados 63 lotes de mismo tamaño y concepto en el Sector de Embajadas Sur. Poco tiempo después, fueron inaugurados 31 lotes más en el Sector de Embajadas Norte.
Desde 2003 Brasilia recibió 28 nuevas Embajadas, con el cambio de política externa del gobierno de Lula que multiplicó las representaciones brasileñas en África. Brasilia ocupa hoy la posición número 13 entre las 20 principales sedes de puestos diplomáticos, por delante de capitales europeas como Madrid y Viena. Es la única representante de América del Sur en ese ranking.