El Palacio San Martín, tradicional sede de la Cancillería argentina y Monumento Histórico Nacional, volverá a lucir este domingo todo el esplendor de sus fachadas originales y de sus imponentes salones luego de las obras de refacción que comenzaron en septiembre de 2005 y culminaron hace dos semanas, tal como estaba previsto por las autoridades del Ministerio de Relaciones Exteriores, en ocasión del saludo oficial y de la cena ofrecida por el Presidente Néstor Kirchner y la Presidenta electa, Cristina Fernández de Kirchner, a los Jefes de Estado y sus delegaciones, un día antes del acto de asunción.
Con un renovado impulso desde que el Canciller Taiana comenzó su gestión, las obras de refacción consistieron, principalmente, en la recuperación gradual de las fachadas exteriores originales, cuyo material más importantes es la llamada “piedra parís”, única por su consistencia, brillo y tonalidad. En una refacción anterior, que comenzó a mediados de la década del ’90, ese material fue afectado por una pintura utilizada y unos químicos que dañaron su gama original. Por eso, la Cancillería conovocó a la misma empresa y la instó a limpiar y reparar el trabajo mal hecho, tal como lo hizo finalmente por un costo mínimo.
Las tareas de reconstrucción, progresivas y escalonadas, incluyeron a todos los frentes del Palacio, tanto el que da a la calle Arenales, como el que da a Esmeralda y el que descansa sobre la calle Basabilvaso. Se revalorizaron y recuperaron todas las piezas originales, se utilizaron hidrorepelentes (con agua a baja presión) para quitar los químicos que lastimaron el material, y se usaron pinturas específicas y de última generación para proteger al máximo los muros de las inclemencias del tiempo.
Además, se restauró el Patio de Honor (donde se recibe a las personalidades de todo el mundo), balcones, viñetas, los patios internos de menor diámetro, las fuentes, algunas piezas de herrería, la ronda techada del segundo piso, y se refaccionaron las luces de las galerías en todos los niveles. También se repararon todos los caños de desagüe pluvial, que por su deterioro producían filtraciones.
• EL PALACIO SAN MARTÍN
El actual Palacio San Martín fue contruído entre 1905 y 1909, y se inauguró recién en 1911. El arquitecto encargado de la obra fue Alejandro Christopherseb (1866-1946). El momento de mayor apogeo del Palacio fue el festejo del Centenario, en 1916, cuando se hizo el baile oficial.
En su origen, la planta baja era para los depósitos, sala de máquinas, caldera, bodega y dependencias para el personal de servicio masculino. El lugar público y central de la casa, con salas y salones de recepción, coincidía con la ubicación del piano. El primer piso correspondía a las habitaciones privadas y en la buhardilla estaban los ambientes de la servidumbre femenina y los cuartos de trabajo, de lavado y planchado de ropa.
Se destacan el Salón Dorado, que era el lugar de reunión de las mujeres, con su pintura en el techo de Michelle Rondenay, fechada en 1910, en una imagen que remite a la conquista de América y la Fortuna. Actualmente es el ámbito donde se firman tratados internacionales y se condecora a los extranjeros; el Salón Comedor, de un estilo del renacimiento inglés; y el jardín de invierno de los hombres, separado del de las mujeres.
• SEDE DE LA CANCILLERÍA
El Gobierno argentino compra el Palacio a la famlia Anchorena en 1936, por la suma de 1.500.000 pesos para utilizarlo como sede del Ministerio de Relaciones Exteriores. El Palacio San Martín es monumento histórico nacional, alberga en su interior obras de artistas argentinos y americanos del siglo XX como Antonio Berni, Pablo Curatella Manes, Lino Enea Spilimbergo y Roberto Matta, entre otros. y una extraordinaria coleccion de Arte Precolombino con piezas de cerámica, piedras y metales de culturas del noroeste de nuestro país (San Francisco, Vaquerias, Condorhuasi, Cienaga, Aguada y Santa María).
Cuenta, además, con una biblioteca especializada en derecho internacional e historia de las relaciones internacionales.