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TAIANA REAFIRMÓ LA VIGENCIA DE LA DECLARACIÓN AMERICANA DE LOS DERECHOS DEL HOMBRE, AL CUMPIRSE 60 AÑOS DE SU APROBACIÓN

Viernes 2 Mayo 2008
Información para la Prensa N°: 
133/08

“La Declaración, aprobada en Bogotá el 2 de mayo de 1948, es un orgullo de la tradición jurídica interamericana y ha servido ha muchos países para defender vidas; no son palabras escritas simplemente en un papel sino que han sigificado la vida para mucha personas, algunas de las cuales están acá” dijo este mediodía el Canciller Jorge Taiana, al presidir en el Palacio San Martín el acto de conmemoración del 60ª aniversario de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre.

Con la presencia de Estela de Carlotto y Rosa Rosenblitz (de Abuelas de Plaza de Mayo); Marta Vázquez (Madres de Plaza de Mayo, Línea Fundadora), y numerosos representantes de diferentes organismo sociales de derechos humanos; el ex fiscal Julio César Strassera y el Dr. Hipólito Solari Yrigoyen, Taiana aseguró que “vamos a seguir trabajando para que los derechos que son parte de la Declaración se hagan efectivos para todos los hermanos de esta querida América. La Argentina se compromete no sólo a respetar sino a desarrollar y profundizar este instrumento”.

“Vale la pena recordar que cuando se realizó en septiembre de 1979 la famosa visita de la Comisión Interamericana fue para observar el comportamiento del Estado argentino en relación al cumplimiento con los derechos establecidos en la Declaración, porque la Convención Americana que estaba naciendo no había sido firmada por la Argentina. Es decir que fue la Declaración la regla por la cual se puedo hacer esa visita y señalar a la comunidad internacional lo que era un secreto a voces: que en nuestro país había violaciones masivas y sistemáticas a los derechos humanos; necesitábamos una voz que dijera eso”.

El Jefe de la diplomacia argentina, recordó que “la Declaración es un documento señero porque fue la primera codificación de los derechos fundamentales a través de un organismo regional, y el primer resultado de un impulso que fue inexorable luego de la segunda guerra mundial, del holocoausto: no se puede dejar sólo en manos de los Estados la forma en que éstos tratan a las personas sometidas a su jurisdicción”. “Esta es la consecuencia más clara y universal del genocidio y a partir de ahí es que comienza a desarrollarse a nivel regional y universal un conjunto de normas que son patrimonio de la humanidad, normas de conducta, de convivencia y de comportamiento” anadió.

Junto al Vicecanciller argentino Victorio Taccetti; el Subsecretario de Política Latinoamericana de la Cancillería, Agustín Colombo Sierra; el Subsecretario de Relaciones Institucionales, Horacio Rodolfo Quiroga; el Nuncio Apostólico Adriano Bernardini; el embajador norteamericano en nuestro país, Earl Anthony Wayne; el embajador argentino en los Estados Unidos, Héctor Timmerman; el flamante representante argentino en Perú, Darío Alessandro y la embajadora peruana en la Argentina, Judith de la Mata Fernández, Taiana destacó: “Nosotros creeemos que los derechos humanos son universales, interdependientes e indivisdibles”.

Sobre el final, el Canciller argentino explicó que “la Declaración Americana hace mención a los derechos políticos, económicos y sociales, en una tradición que luego la disputa ideológica y la guerra fría separó, hasta que por 1993 -en Viena- en se volvió a plantear la necesaria inrterrelación entren los derechos civiles, políticos y culturales”. “Fue un documento liminal en el sentido es poco recorado, poco conocido, antecede en algunos meses a la Declaración Univesal del 10 de diciembre del 48. Desarrolló jurisprudencia que orientó a otras declaraciones, avanzó en interpretaciones y en derechos, y sobre todo tuvo un papel central en la lucha contra las dictaduras en nuestro hemisferio”.

Para terminar, Taiana recordó “a todos los que trabajaron en aquella declaración, aprobada un día 2 de mayo en Bogotá, en medio de tumultos y conflictos; alguien podía llegar a pensar que aquello quedaría en el olvido, pero no fue así; el documento fue tomado por los gobierno, y hoy los pueblos están en tiempo de reclamar y hacer efectivos sus derechos. Las sociedades y sus organizaciones, desde entonces, han crecido en conciencia y organización”.-