Discurso del Canciller Jorge Faurie durante la celebración del Día del Diplomático, el viernes 29 de septiembre de 2017, que tuvo lugar en el Salón Libertador del Palacio San Martín:
* Es el día del diplomático, confieso que no he participado de esta celebración en muchos años, fundamentalmente por haber estado destinado en el exterior.
* En esta oportunidad lo hago por estar al frente del Ministerio gracias a la designación que hiciera el presidente Macri poniéndome al frente de la casa.
* Por segunda vez en los más de 50 años de nuestro servicio exterior profesional, el Ministerio tiene al frente alguien de la casa.
* Ello es un honor para mí, que agradezco al Presidente Macri, pero que al mismo tiempo encierra la responsabilidad de saber estar a la altura de la tarea a cumplir y de las metas que tenemos que alcanzar.
* Ser Canciller de la carrera no es simplemente representar al cuerpo profesional. Entiendo esta responsabilidad como la capacidad de liderar el cuerpo en una etapa de transformación del estado, la sociedad y también de la Argentina en su conjunto.
* Tengo 42 años de carrera y en este día, como me ha pasado en muchas otras ocasiones, quisiera poder responder desde esta responsabilidad a la pregunta que me hizo mi padre cuando le dije que iba a presentarme al ISEN: ¿Para qué sirve un diplomático?
* Quisiera que cada uno de ustedes se hiciera y respondiera esa pregunta. Creo que es la misma que nos pueden formular cientos de argentinos.
* No dudo de que hay muchas y muy variadas respuestas. Algunas apuntarán hacia el cambio fundamental por el que atraviesa nuestra profesión. Muchas otras podrán mostrar lo que tenemos que hacer para ser eficaces y efectivos ante nuestros mandantes, que son cada uno de los argentinos a los que aspiramos a representar y servir ante el mundo y en el mundo.
* Por ello para mí esta fecha no es sólo el día del diplomático. Me gusta más decir que es el día del Servicio Exterior de la Nación.
* Porque ante todo somos un servicio para todos los argentinos. Como colega les pido que nunca olvidemos que estamos para servir a nuestros compatriotas.
* Llevamos más de un año y medio de gestión y creo que el trabajo hecho por nuestra Cancillería ha sido muy significativo.
* En los primeros tiempos, con la conducción de Susana Malcorra, se buscó reparar o profundizar los vínculos externos. Su candidatura a la Secretaría General nos fue singularmente útil en el propósito de reposicionamiento del país en el siglo XXI.
* Se llevó adelante un intenso programa de contactos de alto nivel. El Presidente Macri y la entonces Canciller Malcorra encararon un proceso de construcción de confianza. Es prueba de ello la agenda de visitantes y acciones que contribuyeron en la nueva inserción de la Argentina.
* Ahora es un tiempo de institucionalización. Las puertas que se han abierto tienen que transformarse en resultados concretos, entendimientos políticos estables y previsibles, para asumir y hacer realidad los compromisos.
* Bajo una evaluación pragmática, basada en intereses concretos, debemos consolidar los contactos para convertirlos en relaciones maduras y de interés para Argentina que se proyecten en el largo plazo.
* El mundo como escenario nos presenta dos elementos claves: uno es un cambio de época; el otro, una situación de coyuntura.
* El cambio de época que vivimos se caracteriza por la potencia de las tecnologías de la información y la comunicación, que claramente cuestionan el antiguo rol de la diplomacia como transmisora de noticias y eventos o canal ineludible y forzoso de contacto.
* Como en todos los órdenes de la vida nacional, la diplomacia debe aportar valor agregado para que la actividad asuma plenamente sentido en el mundo actual.
* Por otro lado, en la coyuntura, tenemos que reconocer que ejercemos en un país en transformación.
- Como en las demás estructuras del estado, pero también del sector privado, sindical o social, todos los diplomáticos del servicio exterior tenemos la obligación de contribuir de modo palpable a mejorar la vida de los argentinos, a reducir el tercio de población bajo la línea de pobreza. Cada acción que como servicio exterior y representantes del país hagamos, tiene que conocer ese mandato prioritario y traducirlo para la disminución de la pobreza.
- A todos ustedes les digo que tenemos un débito con la sociedad argentina. Para que puedan evaluar lo que hacemos, tienen que conocerlo. Parte de la política lo sabe. Una porción importante del sector empresario conoce cómo trabajamos. ONGs y sectores de la sociedad valoran algunas de nuestras iniciativas. Pero gran parte de los argentinos se pregunta lo mismo que mi padre hace 40 años: ¿Para qué sirve un diplomático?
- Debemos dejar de hablarnos a nosotros mismos y atravesando estas bellas paredes, llegar a todos los segmentos de la sociedad para que sepan del potencial humano que alberga la torre de esmeralda 1212.
* En un mundo con incertidumbres, marcado por tensiones que surgen de redefinir la orientación del sistema internacional que conforma este concierto de naciones en un mundo globalizado, la voz de la Argentina ha sido y vuelve a ser activa y escuchada, esperan de nosotros un aporte constructivo. Hemos vuelto a ocupar un lugar de reconocimiento y consideración.
* La próxima organización de la undécima conferencia ministerial de la OMC, así como la presidencia del G20 son dos ejemplos nítidos de la respuesta que ha tenido la comunidad internacional a esta nueva aproximación.
* Estos 2 eventos no son una tarea de otro Ministerio. Son de la Cancillería argentina. Cada uno de los diplomáticos del servicio exterior debe tener un compromiso insoslayable de llevar adelante a un punto de suceso, tanto en la organización como en el fondo, los desafíos que ambos mecanismos encierran.
* Poder disponer de vías de participación en los asuntos de interés de la agenda global es un privilegio y una responsabilidad de la cual somos actores principales. Sepamos estar a la altura de las circunstancias que nos presenta la historia.
* Los diplomáticos argentinos actuamos avalados por una larga tradición de valores que caracterizan a nuestro país, y que fuera refrendada en el último tiempo por la ciudadanía. Ello tiene una lectura simple: trabajamos por construir una sociedad abierta, libre, justa, inclusiva e integrada.
* Como diplomático, conozco de las dificultades o desafíos que a veces se asumen en el ejercicio profesional. Por eso le hemos dado atención a algunas inquietudes del cuerpo diplomático.
* Buscamos dotar a los procesos de traslados de reglas claras y previsibles. En función de ello:
- Se encuentra finalizada una nueva categorización de destinos, con el objetivo de reflejar el espíritu de la ley y posibilitar su efectivo cumplimiento. En virtud de ello se fijará un régimen de rotación acorde;
- Buscamos regularizar los traslados: por ello 85 colegas están regresando de sus destinos, con más de 5 años en el exterior;
- En una muy próxima fecha se licitarán alrededor de 100 destinos, para ser cubiertos a partir del año que viene, brindando así un tiempo razonable de preparación para la partida;
- La Junta Calificadora ya se encuentra trabajando en la propuesta de ascensos del 2018.
* Sabedor de algunos elementos que hacen a las condiciones de vida en el exterior, puedo decirles:
- Se encuentra próxima a la firma el proyecto que suscribí para la generalización de los subsidios de vivienda y escolaridad a todos los actuales destinos C y D;
- Continuamos analizando con detenimiento el régimen de salud en el exterior.
- Por otro lado, sabemos que la resolución 181, firmada por mi predecesora, ha solucionado una porción muy relevante en torno al cálculo de los salarios en el exterior. Sin olvidar las restricciones económicas que involucran a un país con un 30% de pobres, estamos abiertos, y lo hemos conversado con el APSEN, a evaluar propuestas que sin afectar recursos adicionales, pudieran morigerar el impacto en el salario exterior de dos variables que escapan a nuestro alcance: el impuesto a las ganancias y el tipo de cambio;
- Finalmente, estamos avanzando en un proyecto para el restablecimiento de licencias especiales en destinos afectados seriamente por factores medioambientales;
* Quiero referirme también a la actividad económica-comercial que, vale recordar, la Cancillería argentina asumió hace más de 25 años, en relación a la negociación económica y promoción comercial, incorporando a la misma a 173 funcionarios del servicio económico y comercial exterior.
* A partir de allí, nuestro Ministerio continuó con las actividades que incluían la realización de ferias y misiones, aunque en muchos casos en paralelo a la antigua Fundación Exportar, hasta la reciente creación de la "Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional".
* Creo que es evidente: la superposición de funciones puede conducir a dificultades en la coordinación, en la que todos pierden.
* Un ordenamiento en la distribución de tareas específicas con otros Ministerios permite la utilización racional de los recursos, para ganancia del Estado y la sociedad en general.
* En ese sentido, el área económica del Ministerio mantiene la más alta prioridad, por instrucción del propio Presidente, e impregnando de hecho la tarea de las otras secretarías.
* Algunos elementos para mencionar:
- La Cancillería participa, en el más alto nivel, del consejo ejecutivo de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional. Uno de los 3 directores generales es diplomático. Otros colegas ocuparán también cargos gerenciales.
- Jerarquizaremos aquí las funciones de inteligencia comercial, con miras a definir estratégicamente, en el marco de la política exterior, dónde hay oportunidades reales para la producción argentina.
- Por último, las negociaciones económicas permanecen como competencia primaria de esta Cancillería, ejerciendo a la vez la función de articulación y coordinación de la posición nacional, en virtud de los insumos originados en los demás Ministerios y agencias del Estado.
* Entiendo la inquietud de muchos funcionarios. Estamos próximos a terminar de resolver la estructura institucional.
* Nadie dejará de tener la oportunidad de continuar colaborando para que el trabajo argentino tenga una mayor presencia en el mundo. Les pido, en ese sentido, que dejemos atrás, definitivamente, todo recelo y empecemos a trabajar.
* Lo dije al principio: he sido diplomático por más de 40 años. La exigencia es por ello aún mayor. La vara se encuentra muy alta, y es razonable, pero no sólo para mí, sino para todos ustedes que integran la carrera como cuerpo.
* Todos los que estamos aquí hoy sabemos que el éxito en este desafío no depende exclusivamente de mí.
* A cada uno de nosotros el esfuerzo de miles de argentinos nos ha permitido enriquecer nuestra formación poniéndonos en contacto con niveles de excelencia académica e intelectual.
* El desarrollo de nuestra carrera profesional nos lleva a los cuatro cantos del mundo, acercándonos realidades políticas, económicas, sociales y culturales, en las cuales tenemos como misión aprender para poder devolver así, en iniciativas, ideas, propuestas y resultados, toda la formación y todas las posibilidades que recibimos de los argentinos.
* Ningún otro segmento del Estado argentino dispone de las condiciones laborales y de las posibilidades excepcionales con las que ejercemos nuestra profesión, que fue la que escogimos el día que pasamos por la puerta del ISEN.
* Tienen en mí un Canciller que es parte de la diplomacia profesional, vocacional, formada.
* Soy también un defensor de la diplomacia eficaz, del resultado concreto, del compromiso, la seriedad y la preparación.
* Valoro la opinión fundada, la disposición de trabajo, la colaboración desinteresada y, por sobre todas las cosas, el amor por nuestro país, porque en ello se resume la actitud de servir a los argentinos.
* Al empezar a digitar en nuestro computador / al sentarnos en una mesa de negociación / al dialogar con un colega extranjero / al entrar en el plenario de la asamblea de Naciones Unidas / al trabajar con las fuerzas de la paz en Haití o Chipre / al negociar Mercosur UE o defender el acceso argentino del biodiesel al mercado de Estados Unidos / al trabajar con nuestros Cascos Blancos o al votar en Ginebra o Washington por el impulso o la promoción de los derechos humanos / al comprometernos con palabras en la defensa de la democracia y de las libertades civiles y políticas en América o en Asia. La pregunta siempre debe ser a quién servimos los integrantes del Servicio Exterior de la Nación. Y la respuesta debe ser: a los argentinos. A los intereses de la Nación Argentina.
* La relevancia de nuestra labor, en la que confío plenamente, se observa por la acción de nuestras capacidades, por la cotidiana puesta en práctica del valor agregado que inexcusablemente, por formación y experiencia acumulada, debemos poseer.
* No hay caminos sencillos, ni existen atajos fáciles o soluciones mágicas.
* Como dijera Roberto Arlt, el futuro es nuestro, pero lo será por prepotencia de trabajo.
* Muchas gracias.