Señor presidente,
Durante mucho tiempo nos hemos preocupado básicamente por las armas de destrucción masiva. En la ultima década memos efectuado progresos considerables en este campo.
Eso no quiere decir que no debamos ocuparnos además de las armas pequeñas y revertir el efecto negativo que provocan.
Es nuestra responsabilidad movilizar los recursos necesarios y adoptar las políticas apropiadas para remplazar la "cultura de violencia" por la "cultura de paz y desarrollo".
El tema de las armas pequeñas ha ganado momentum y hoy se discute la cuestión en diversos ámbitos. Falta pasar a la acción. En nuestra opinión, la problemática de las armas pequeñas tiene tres dimensiones.
La primera dimensión es la preocupación humanitaria, por las victimas que ocasiona y por el fácil acceso y utilización que tienen los niños y adolescentes de estas armas.
La segunda dimensión es económica, por los recursos que se destinan a la compra de armas en vez de utilizarlos para el desarrollo.
La tercera dimensión es de seguridad, por el impacto a nivel regional y global. Ahora bien, el fenómeno de la proliferación de armas pequeñas adquiere características especificas en función de la región que se analice. Por eso requiere medidas de diferente naturaleza que respondan a las circunstancias propias del entorno.
Tomemos el caso del cono sur de América, que involucra a la Argentina. Se trata de una región que no constituye una zona de alto riesgo en términos de acumulación excesiva de armas pequeñas. Pero es relevante por la incidencia en la seguridad publica al aumentar y agravar los índices de delincuencia común.
Afortunadamente, existe un compromiso firme de los países del conosur en la lucha contra la fabricación y el trafico ilícito de armas pequeñas.
A la "convención interamericana contra la fabricación y el trafico ilícito de armas de fuego, municiones, explosivos y otros materiales relacionados", se suma la "declaración de los presidentes del Mercosur, Bolivia y Chile" que crea un mecanismo conjunto de registro de compradores y vendedores de dichos artefactos.
También hemos establecido un sistema de intercambio de información, sobre la base de la convención interamericana, que acabo de mencionar y del "reglamento modelo en materia de armas de fuego, sus partes, componentes y municiones", aprobado por la comisión interamericana para el control del abuso de drogas de la OEA.
Deseo agradecer al departamento para asuntos de desarme por el apoyo para el seminario sobre la "proliferación armas pequeñas, municiones y explosivos", celebrado en buenos aires el pasado mes de mayo.
Estas son algunas de las acciones emprendidas en nuestra región. Sabemos de otras iniciativas en Africa y en Europa.
Pero no es suficiente. Debemos poner un freno al impacto negativo de la proliferación de armas pequeñas en la seguridad humana, sin afectar el derecho a la legitima defensa reconocido en la carta.
En un estudio del instituto de las naciones unidas para la investigación sobre el desarme (UNIDIR) queda claro que hasta ahora no se ha respondido con un enfoque integrado al problema de las armas pequeñas en los procesos post-conflicto.
Dicho estudio señala, que la comunidad internacional bajo presión de reaccionar frente a un conflicto violento, prioriza la paz a corto plazo.
Por otro lado, están quienes ponen el énfasis en los elementos sociales y económicos del desarrollo en vez de ponerlo en los problemas causados por las armas.
Lo que hace falta es un enfoque integrado que asegure una paz duradera y que siente las bases para el desarrollo por por eso apoyamos la celebración de una "conferencia internacional para tratar la cuestión del trafico ilícito de armas en todos sus aspectos", no mas tarde del año 2001.
Estamos convencidos que a fin de promover el establecimiento y mantenimiento de la paz con la menor desviación posible de los recursos 'humanos y económicos hacia los armamentos, debiéramos implementar el articulo 26 de la carta y establecer un sistema de regulación de armamentos.
Esta responsabilidad esta confiada a este Consejo y no podemos eludirla.
Muchas gracias