Señores Ministros de Relaciones Exteriores de la República de Chile y de la República Oriental del Uruguay, Representantes Especiales y delegados a la 34° Reunión Consultiva del Tratado Antártico:
La Argentina acogió en 1962 y 1981 las Reuniones Consultivas del Tratado Antártico. Hoy, por tercera vez desde su entrada en vigor el 23 de junio de 1961, volvemos a tener ese gran privilegio.
La Argentina es uno de los 12 Estados signatarios originales del Tratado Antártico. En la actualidad el número de Estados partes asciende a 48. Este instrumento logró establecer, con creatividad e imaginación, un marco jurídico que permite el desarrollo de la actividad científica y la protección del vasto continente antártico, en un clima de paz y cooperación internacional.
Como ha sucedido hasta ahora, esa cooperación requiere el firme respeto del principio del consenso como base del mecanismo de adopción de decisiones en el seno de las Reuniones Consultivas.
Es un honor para mí poder compartir con todos ustedes esta jornada trascendente en la que conmemoramos el 50° aniversario de la entrada en vigor del Tratado Antártico. La vigencia y la eficacia de este instrumento jurídico internacional nos obligan a dar nuestro reconocimiento a todos aquéllos que participaron en su elaboración y que han trabajado a lo largo de este medio siglo para consolidar su éxito.
En línea con sus principios y propósitos, el Tratado Antártico ha logrado convertir a todo este continente en una zona de paz, ciencia y cooperación, en lo que se ha erigido en un ejemplo elocuente de cómo los Estados pueden, unidos por un objetivo común, sumar esfuerzos y cooperar para desarrollar la ciencia y proteger el medio ambiente de un continente cuya preservación resulta esencial para la vida de todos los que habitamos este planeta.
Permítanme reafirmar que la República Argentina está plenamente consustanciada con aquellos principios y propósitos.
A través de la promoción del estudio y del conocimiento científico de la Antártida, la Argentina está comprometida con la protección del continente, convencida de que la mejor forma de hacerlo es conociendo y difundiendo las condiciones y particularidades únicas de esta región.
Mi país posee el privilegio de tener en funcionamiento, hace más de 107 años y en forma ininterrumpida, la estación científica más antigua de la Antártida: la base Orcadas. Establecida en 1904, constituyó durante décadas la única estación permanente en tierras antárticas. Desde aquella época aporta datos meteorológicos que representan insumos esenciales para muchos de los trabajos que se llevan adelante en la actualidad, relacionados con el cambio climático y el calentamiento global.
En este mismo sentido, el Instituto Antártico Argentino, creado el 17 de abril de 1951, fue el primer organismo en el mundo dedicado exclusivamente a las investigaciones antárticas. Desde entonces, lleva a cabo investigaciones científicas en la Antártida con personal especializado propio y en cooperación con instituciones científicas y académicas del más alto nivel nacional e internacional, manteniendo los objetivos prioritarios de conocer y proteger a la Antártida y a sus recursos para el bien de la humanidad toda.
La República Argentina ha mantenido una coherencia respecto a su visión histórica ya que la ciencia ha tenido a lo largo del tiempo un papel central en nuestras actividades antárticas al igual que las acciones para conservar el ambiente y los recursos de dicho continente.
En los últimos años el Gobierno Nacional ha respaldado estas políticas con hechos concretos como un importante incremento en la planta de científicos y técnicos antárticos, mejoras e instalaciones nuevas para adecuar la infraestructura antártica, implementación de energías alternativas para disminuir el uso de combustibles fósiles y el estricto cumplimiento de las medidas de protección ambiental.
La Política Nacional incluye el acondicionamiento permanente de las bases y la mejora de medios logísticos para una mejor cooperación internacional en proyectos de investigación científica, tecnológica y artística. En este sentido, durante la última campaña antártica, los proyectos con activa presencia de investigadores extranjeros representaron casi el 60% de los trabajos realizados y las actuales estaciones científicas argentinas han servido como una excelente plataforma de trabajo que esperamos mejorar para el futuro.
La remodelación y acondicionamiento del rompehielos Almirante Irizar en astilleros nacionales, ofrecerá una plataforma moderna y adecuada para la investigación en áreas como la oceanografía, biología y geología marina entre otras disciplinas, y se profundizarán las acciones para la conservación del ambiente antártico.
El espíritu de paz y cooperación internacional caracterizó el origen y la entrada en vigor del Tratado Antártico y la posterior elaboración de los instrumentos que componen su Sistema. Continúa siendo ésta la base de su plena vigencia actual. Estos primeros 50 años nos dan una clara muestra acerca de cómo los instrumentos acordados en un momento de la historia resultan valiosos para la comunidad internacional, y también para las generaciones futuras.
La Antártida exige nuestro respeto. Debemos preservar su medio ambiente, su flora y su fauna, profundizar su conocimiento y difundir sus valores estéticos. Las Partes han dado sobradas pruebas de la particular trascendencia que asignan a esos objetivos durante los primeros cincuenta años de vida del Tratado. Hoy, su conmemoración en un clima de paz y cooperación internacional es un inmejorable punto de partida para intensificar nuestros esfuerzos en el campo de la ciencia y de la protección del medio ambiente antártico, y de ese modo, salir al encuentro de los desafíos que se avizoran en las próximas décadas; desafíos que abordaremos mancomunadamente, como lo hemos hecho hasta hoy.
Muchas gracias.