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Héctor Marcos Timerman

Martes 12 Julio 2011
Discurso del Sr. Canciller Héctor Marcos Timerman
Discurso del Canciller Héctor Timerman con motivo del Seminario del G-20 sobre Empleo

Colegas panelistas, Sr. Embajador Gilles de Robien y Sr. Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, Carlos Tomada; Sres. Ministros de Empleo y Trabajo, Sres. Miembros del Cuerpo Diplomático acreditado ante la República Argentina, Sres. funcionarios de Organismos Internacionales, Señores delegados de los países del G20 y otros países invitados, Señoras y Señores:

Buenos días y bienvenidos a la República Argentina. Para nosotros es un honor recibirlos aquí en Buenos Aires como anfitriones de una reunión del G20 sobre un tema central en la formación de políticas para nuestro gobierno desde el año 2003.

Saludamos la visión del Presidente Sarkozy y valoramos el liderazgo de Francia para colocar la problemática del empleo en el centro de la agenda del G20 este año.

Desde que la Presidenta de mi país, Cristina Fernández de Kirchner, me designara su Sherpa en 2008 hasta hoy en mi calidad de Canciller, he estado siempre involucrado en el desarrollo del G20 y he seguido atentamente su  evolución hasta consolidarse como uno de los mecanismos principales en la coordinación económica internacional.

En aquel 2008 la economía internacional iba camino a una gran depresión; el liderazgo y la acción concertada de los Líderes del G20 contribuyeron a evitar consecuencias y costos incalculables para todos.

Estamos hoy promediando el segundo año de un proceso de recuperación de la economía mundial y las perspectivas son más alentadoras que entonces. Sin embargo, el empleo avanza a un ritmo lento y en algunas economías se encuentra estancado. Creemos que la recuperación del empleo es una condición necesaria para la sustentabilidad del proceso de recuperación en curso.

Decidimos organizar un seminario en Buenos Aires sobre empleo y coherencia de políticas macroeconómicas para contribuir a un debate que consideramos necesario no sólo porque se corresponde con un eje prioritario de las políticas en Argentina, sino porque entendemos que en las últimos décadas el mundo ha profundizado desequilibrios sociales, disparidades en el nivel y la calidad del empleo y un proceso de concentración del ingreso que puede observarse sea globalmente, a escala regional, nacional o local; como brecha de desarrollo entre países y también como brecha de desarrollo al interior de los países. Sostenemos que es necesario corregir esta tendencia y que ello es necesario para dar sustentabilidad al crecimiento e incluso para afirmar la paz mundial.

En este nuevo escenario donde las cuestiones laborales asumen mayor significación y espacio dentro del G-20, la Presidente Cristina Fernández de Kirchner propició la activa participación de la OIT en las reuniones del foro, teniendo en cuenta la experiencia técnica y la visión sistémica que organizaciones como la OIT o la UNCTAD pueden aportarle al G-20.

Mi gobierno asigna gran importancia a la reducción de los desequilibrios sociales y ha tenido al empleo como instrumento central de sus políticas para atender este objetivo. La generación de empleo y en particular empleo formal y la universalización de la protección social para alcanzar a los segmentos más vulnerables de la sociedad han sido nuestras directrices desde del primer momento  de gestión.

Pero no solamente impulsamos esta agenda porque se corresponde con objetivos prioritarios de la administración y con nuestros valores históricos como sociedad, también aspiramos a aunar esfuerzo con aquellos países con los cuales hemos coordinado posiciones en materia de empleo en G20 y con todos aquellos países que, como nosotros, perciben a los desequilibrios globales y a los desequilibrios sociales como caras de una misma moneda. Se resuelven juntos o, seguramente, no habrán de resolverse.

Pensamos que, hasta ahora, las cuestiones relacionadas con el empleo y los mercados de trabajo han tendido a ser abordadas en el G20 desde una perspectiva microeconómica o regulatoria. En este sentido, sostenemos la necesidad de enriquecer la discusión macroeconómica dentro del Grupo de Coordinación Macroeconómica del G-20, para evaluar, por ejemplo, el impacto que distintas alternativas u opciones de políticas pueden generar sobre el empleo y la distribución de la riqueza.

La visión de Argentina es que falta mayor énfasis en acciones específicas que apunten, desde la óptica macroeconómica, a generar un mayor nivel de empleo porque, de no recurrir a políticas activas, el riesgo es seguir un sendero de crecimiento con baja generación de empleo como es la tendencia que se percibe en algunos países, particularmente las economías avanzadas.

El caso de Argentina puede, humildemente, servir para ilustrar la necesidad de un mayor énfasis en la macroeconomía y las políticas activas de empleo por sobre la microeconomía y la flexibilidad laboral.

Cuando el ex Presidente de Argentina, Néstor Kirchner, asumió el gobierno en 2003, lo hizo con una tasa de desempleo superior al 20% y una ley de flexibilización laboral en vigencia que había sido condición, algunos años atrás, de un acuerdo “stand by” con el FMI y cuya sanción había producido una crisis política de envergadura incluyendo la renuncia del entonces Vicepresidente de la Nación.

Una de las primeras decisiones de gobierno del Presidente Kirchner fue derogar la cuestionada ley de flexibilidad laboral, el Congreso la dejó sin efecto, a iniciativa del Poder Ejecutivo, en 2004. Tras ocho años de crecimiento inclusivo y un marco de políticas públicas favorables al empleo y la producción, la tasa de desempleo se ubica hoy próxima al 7%. Huelga decir que en el caso argentino no hizo falta flexibilidad laboral sino una macroeconomía sólida, políticas activas de empleo y un crecimiento fuerte, sustentable y balanceado para lograr los objetivos planteados en materia de empleo.

Argentina promueve activamente la agenda de empleo en el G20, sea en el ámbito de los Ministros de Empleo, donde propiciamos la creación de un grupo permanente, sea buscando una inserción mayor de esta temática en el Grupo de Coordinación Macroeconómica e incluso en el Grupo de Desarrollo en el cual nuestro país, junto a Corea del Sur y Rusia, coordina el área “Desarrollo de Recursos Humanos” enfocada especialmente en la problemática de los países de bajos ingresos. Junto a México y Brasil firmamos en mayo de este año la declaración de Brasilia cuyo objeto es impulsar la iniciativa del Piso de Protección Social, que aspira a establecer un núcleo de derechos, definidos por cada país, en materias como salud, educación, vivienda y pensiones.

Estamos convencidos de que la sustentabilidad de las políticas macroeconómicas debe pensarse fundamentalmente en relación con su impacto social. Nuestro país inauguró su siglo XXI con una crisis económica y social sin precedentes, pero también fue capaz de crear más y mejores puestos de trabajo, de incrementar los niveles de formalidad laboral, de mejorar los salarios y de extender el sistema de protección social. En este nuevo siglo, en la Argentina así como en otros países aquí presentes, la revalorización de la política como cosa pública está suponiendo pensar la sustentabilidad de los planes económicos en función del bienestar de los Pueblos.

La coherencia sistémica de las estrategias de promoción del empleo también debe apuntar a revalorizar el rol del comercio internacional como herramienta generadora de puestos de trabajo, tal como demuestra la experiencia de nuestro país en los últimos años, en los que el comportamiento del sector externo contribuyó a potenciar la recuperación y la estrategia de desarrollo doméstico. La multidimensionalidad de los factores que influyen en la evolución del nivel y la calidad del empleo hace necesario un esfuerzo internacional concertado entre países y organismos internacionales que haga posible el diseño y la instrumentación de estrategias de empleo que abarquen todos los frentes posibles.

Argentina posee también la convicción de que debe potenciarse la voz de los países en desarrollo en todos los foros internacionales en consonancia con su peso creciente en la economía mundial. En este marco, destacamos el aporte invalorable de la región y hemos sumado las voces de otros países latinoamericanos a este Taller, convencidos de que sus visiones y experiencias resultarán de suma vitalidad para enriquecer el debate.

Este proceso de consulta ampliada debe ser complementado con la generación  de espacios de intercambio entre el sector de los empleadores y el de los trabajadores, asegurando que las respuestas a los desafíos sociales de la globalización tengan en cuenta todas las voces implicadas en el proceso de creación de más y mejores fuentes de trabajo.

Esperamos que este Taller pueda insertarse exitosamente en este tan necesario programa de revalorización del empleo como prioridad de la agenda global.

El fortalecimiento de esta señal política que pretende poner a la creación de empleos como centro de las políticas macroeconómicas contribuirá a que nuestras sociedades recuperen la esperanza en un futuro de bienestar.

Muchas gracias