Buenas tardes a Todos y a Todas:
Tanto el Gobierno argentino como quien les habla tienen a los Derechos Humanos como un pilar, tal vez el pilar más importante de nuestro Gobierno, la defensa, la promoción y la militancia de los Derechos Humanos, y vemos en Emilio Mignone una de las figuras que llevó adelante esta política de Derechos Humanos, en momentos en los que defender los Derechos Humanos era considerado una razón más que suficiente para ser asesinado.
Emilio tuvo el coraje de hacerlo y hacerlo con un humanismo como pocas veces he visto en mi vida. Nunca dejó de tener la alegría de vivir, la amabilidad con las demás víctimas, la paciencia con los victimarios, tratar de averiguar qué pasa, de saber y poder informar. Fue una de las primeras personas en descubrir que había robo de bebés en la Argentina.
Quería decirles que, en los próximos cuatro años, vamos a redoblar el esfuerzo en la defensa de los Derechos Humanos, en la promoción, en llevar adelante en todos los foros internacionales, la voz de los luchadores por los Derechos Humanos. Este Gobierno está conformado con muchos miembros que han sido torturados, que han sido víctimas de violaciones a los Derechos Humanos.
Tampoco me es ajeno que el "Consejo Internacional para la Rehabilitación de Víctimas de la Tortura" sea homenajeado, ya que he visto los efectos de las torturas en mi propio padre. Sé, cuando salió de las cárceles clandestinas, después del arresto domiciliario, cuando pudo salir del país, vi cómo había afectado la tortura a una persona que yo consideraba que tenía una fuerza y una personalidad que había quedado totalmente destruida.
Recuerdo la primera vez que lo fui a visitar a la cárcel cuando fue legalizado y yo no podía creer cómo lo habían destruido, era una persona total y absolutamente destruida: ése es el efecto de la tortura. O sea, lograr que una persona que tenía una personalidad avasallante, que se consideraba una persona importante en el país, había quedado limitada a una persona asustada, que lloraba, que no tenía esperanzas, que nos pedía que nos olvidemos de él, que no iba a poder salir nunca de la cárcel, que rehagamos nuestras vidas. Una persona vencida y destruida.
Costó mucho tiempo que se recupere y por eso siempre hemos tenido con las organizaciones que se dedican a la recuperación de víctimas de tortura una relación muy especial. Ahora está acá presente un miembro del Consejo Directivo de la Organización para la Recuperación de Víctimas de Tortura de Estados Unidos.
También, hace poco aprendí que mi padre nunca nos contó todo lo que había sido la tortura. Me imagino que no todas las víctimas de la torturas han tenido la misma experiencia. En uno de los juicios, me encontré un compañero de cárcel clandestina de mi padre y lo que ellos contaron que habían visto que lo que le hicieron a mi padre no era lo mismo que lo que él nos había contado a nosotros. El trauma de la tortura es un trauma que se lleva de por vida.
Quiero darles a las Madres a las Abuelas, a todos los militantes de Derechos Humanos, a Horacio Verbitzky, a Isabel Mignone, la garantía de que este Ministerio va a estar siempre, siempre a la vanguardia de la lucha por los Derechos Humanos y vamos a hacer todo lo posible para que la Argentina y los argentinos estén orgullosos de la política de Derechos Humanos de este Gobierno.
Ustedes saben que pueden contar conmigo, pueden contar con la Cancillería y que las puertas del Ministerio siempre van a estar abiertas para las víctimas, siempre van a estar abiertas para los familiares.
Y vamos a hacer todo lo posible para que la Argentina sea reconocida no solamente como un país que sufrió la tortura, que sufrió la persecución y que sufrió los asesinatos, sino que de eso hemos aprendido una lección y sabemos que tenemos un compromiso y una obligación no solamente con aquellos que murieron, que han desaparecido o con los bebés que se han robado, sino también con sus familiares y con el resto de los argentino.
Espero que en los próximos cuatro años demostremos que estamos a la altura quienes nos han elegido para hacerlo.
Muchas Gracias.
Héctor Timerman
Canciller argentino