SEÑOR PRESIDENTE DE LA ASAMBLEA GENERAL,
SEÑOR SECRETARIO GENERAL
SEÑORES JEFES DE DELEGACION, COLEGAS
SEÑORAS Y SEÑORES,
Agradezco al Gobierno del Paraguay las gentilezas para con todos los asistentes a este 44° Período Ordinario de sesiones de la Asamblea General de la OEA. Quiero felicitar al país anfitrión por su compromiso en la organización y coordinación de esta reunión, y por la elección del desarrollo con inclusión social como tema principal, asunto clave en el actual momento internacional.
La erradicación de la pobreza es el mayor problema que enfrentan en la actualidad los gobiernos de todo el mundo. En la reciente Conferencia de Río más 20 “El futuro que queremos”, hemos reconocido que su erradicación es una condición indispensable para el desarrollo sostenible. Tenemos que comprometernos a ir más allá, no sólo a erradicar la pobreza extrema, que todavía existe en nuestros países, sino a hacerlo a través de la inclusión social, la redistribución y la justicia social. Nuestra aspiración ha de ser la construcción de sociedades equitativas donde cada uno de sus habitantes es verdaderamente un sujeto de derecho.
El Protocolo de San Salvador sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales fue un aporte jurídico fundamental para concentrarnos en el desarrollo integral de todas las personas en el hemisferio. El derecho al trabajo, a la vivienda, a la educación y a la alimentación, o los derechos de la niñez, de las personas con discapacidad, de los adultos mayores y de las personas del colectivo LGTBI (lesbianas, gay, trans, bisexuales e intersex), no pueden ser postergados en pos del crecimiento económico.
Es también central entender que no se puede medir el desarrollo de un país exclusivamente en base al ingreso per cápita promedio - como lo hace actualmente el Banco Mundial - que clasifica a los países en ingresos altos, medios y bajos. La Declaración que en esta sesión estamos por adoptar refleja claramente que, dentro de cada una de esas categorías, existen países concretos con una gran diversidad de realidades, de problemáticas y de necesidades, dictadas por condiciones físicas o geográficas, históricas y políticas, que indican la existencia de desigualdades internas y de la región en general.
En este sentido, ratificamos nuestro apoyo al proyecto de Declaración de esta Asamblea General que aborda los distintos aspectos del desarrollo integral con profundidad. La Declaración es un llamamiento a asegurar que el desarrollo –económico, social y ambiental- alcance a todas y todos los habitantes de nuestra región, y a todos nuestros países, reconociendo nuestra diversidad, así como nuestra unidad.
Entendemos que el desarrollo humano está relacionado estrechamente con los otros tres pilares de la Organización y es indispensable para fortalecer a cada uno de ellos: los derechos humanos, la paz y la democracia.
SR. PRESIDENTE,
Es altamente positivo que la Organización esté en un proceso de reflexión para adaptarse a las características de las actuales democracias del continente, y concentrar su experiencia y capacidades en los temas donde puede hacer un aporte relevante. Para ello, debe tener en cuenta el contexto de los distintos procesos regionales y subregionales que han emergido y se han consolidado en los últimos años.
La OEA ha estado a la vanguardia de las organizaciones regionales con la adopción de instrumentos fundamentales como la Carta Democrática. Es por ello importante profundizar el trabajo en el pilar de desarrollo social, a través de la finalización del Plan de Acción de la Carta Social de las Américas, y trabajar sobre la Visión Estratégica de la Organización para los próximos años, en el contexto de los debates globales sobre desarrollo sostenible y la nueva agenda de desarrollo post 2015. Sin duda, la capacidad que tenga la Organización para escuchar todas las voces de sus Estados Miembros determinará la posibilidad de mantener su vigencia en el futuro y ser un actor importante para lograr, en cada uno de nuestros países, el desarrollo integral y la ampliación de los derechos de todos y todas.
Por otro lado, el impacto de la crisis financiera internacional de 2008 y las distintas reacciones que se registraron en los países centrales demostraron que la economía global sólo puede acelerar una recuperación sostenida y resistente a los impactos externos si incluye políticas orientadas a promover el desarrollo integral. Los países emergentes cumplieron un rol central en la superación de aquella crisis, y la participación de los países en desarrollo en la economía global superará en poco tiempo la de los países desarrollados.
Frente a las propuestas iniciales de responder a la crisis financiera de 2008 mediante un enfoque basado exclusivamente en políticas macroeconómicas (fiscales y monetarias), la experiencia que transitó la Argentina a partir de la peor crisis de su historia demostró, junto a la de otros países de nuestra región, que es posible buscar modelos alternativos para crecer con fomento a la creación de empleo decente y de mercados laborales con instituciones sólidas, con inclusión social y la extensión de la cobertura de las políticas de protección social, teniendo como objetivos complementarios la mejora en la distribución del ingreso y de la equidad.
SR. PRESIDENTE
La República Argentina concibe a las políticas de promoción y protección de los derechos de las mujeres como un capítulo esencial de su política de desarrollo. Está claro que no es posible para un país alcanzar su potencial de desarrollo económico y social de espaldas a las mujeres, adolescentes y niñas que lo habitan. La falta de autonomía y empoderamiento económicos de las mujeres les impide ejercer plenamente sus derechos y participar de manera integral en el desarrollo colectivo.
Quiero destacar en particular la importancia que nuestro país le asigna a sostener y redoblar los esfuerzos en pos de la igualdad de género a partir de temas críticos como ser la eliminación de toda forma de violencia contra las mujeres, el acceso a una atención integral de la salud, incluyendo los derechos sexuales y reproductivos.
Debemos seguir alentando la activa participación de todos los sectores comprometidos para el diseño y ejecución de políticas públicas tendientes a la inclusión, en especial aquellas dirigidas a incrementar la participación de los grupos sociales que han sido históricamente excluidos.
En ese sentido, nuestro país ha asumido el compromiso de trabajar firmemente en la concreción de instrumentos que velen por la defensa de los derechos de los Adultos Mayores. Así es que, a nivel regional, la Argentina presidió, entre 2011 y 2013, el Grupo de Trabajo encargado de elaborar un proyecto de Convención Interamericana sobre esta cuestión, y actualmente trabaja activamente en el proceso de negociación por el que se espera contar prontamente con el primer instrumento vinculante que proteja los derechos de los adultos mayores. Una vez más, ésta será una oportunidad para que nuestra región marque un camino de desarrollo del derecho a toda la comunidad internacional.
Cabe destacar que, para nuestro país, la integración e igualdad de los sectores más vulnerables de la sociedad representa uno de los principios fundamentales de las políticas públicas. En este sentido, el compromiso contraído por la Argentina, tanto en cumplimiento de la Convención Interamericana para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad de la OEA, como en la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, llevó a la armonización de la legislación nacional a través de la ley que establece el "Sistema de Protección Integral a las Personas Discapacitadas". Así, la Argentina hizo suyo el nuevo enfoque de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad respecto de la manera de ver a las personas con discapacidad, pasando de una mirada asistencialista y médica a una perspectiva de derechos humanos, donde se considera a las personas con discapacidad como titulares de derechos en igualdad de condiciones con los demás.
Sabemos que no hay recetas simples, que no hay fórmulas mágicas. En ese sentido, la Argentina promueve las resoluciones sobre Derecho a la Verdad, Defensa Pública y Acceso a la Justicia, Protección de Refugiados y Adultos Mayores que adoptará esta Asamblea con el fin de hacer un aporte para el desarrollo integral de los pueblos de nuestra América.
SR. PRESIDENTE,
El desarrollo con inclusión social es también el camino que nos permitirá enfrentar más eficazmente el problema mundial de las drogas. La República Argentina promueve un enfoque integral y equilibrado entre los aspectos que refieren a la oferta y a la demanda, con responsabilidad común y compartida. Estamos convencidos de que lograremos mejores resultados desde un paradigma de derechos humanos que otorgue un lugar central a las políticas de inclusión social, evitando enfoques reduccionistas de seguridad que no alcanzan a abarcar este problema, claramente complejo y multidimensional.
Las personas con uso problemático de drogas son, en primer lugar, sujetos con derechos: no sólo a recibir el tratamiento sanitario adecuado, sino también, principalmente, a lograr su plena participación en la sociedad. En tal sentido, consideramos un avance muy positivo el proyecto de Resolución sobre Derechos Humanos y Drogas que se ha sometido a consideración de esta Asamblea General.
Asimismo, mi país se suma a la convocatoria para trabajar por el éxito de la Asamblea General Extraordinaria que tendrá lugar en septiembre en Guatemala, en el corazón misma de una de las regiones del mundo más castigadas por el flagelo del narcotráfico.
SR. PRESIDENTE
Otra cuestión que se relaciona con nuestro desarrollo como países y como región es la preocupación compartida por la escalada de desastres en la región, los que, unidos a efectos adversos del cambio climático, generan condiciones de vulnerabilidad y conllevan la pérdida de vidas humanas e impactos sociales, económicos y ambientales que afectan a nuestras sociedades. Por lo tanto, entendemos que es prioritario que los Estados asumamos resueltamente nuestro rol, promoviendo el enfoque del riesgo en las políticas públicas de desarrollo, incluyendo diversas formas de participación ciudadana, comunitaria y de la sociedad civil en todos los niveles de planificación, prevención y respuesta a las situaciones de desastres.
Varios países de la región trabajamos sobre este problema, que desborda las fronteras nacionales, a través de iniciativas combinadas basadas en la solidaridad y una visión compartida. Este es el caso de nuestra iniciativa Cascos Blancos, que está a punto de cumplir veinte años de trabajo sostenido con otros países para comprender los fenómenos y asistir a las víctimas de las emergencias humanitarias en nuestra región y en todo el mundo.
La cooperación internacional es el instrumento a través del cual se logra un impacto directo en la calidad de vida de las poblaciones de nuestros socios. Es la faceta de la política exterior que refuerza la coherencia de nuestras políticas, que lleva de la declaración a la acción.
La Argentina desarrolla la cooperación sur-sur bilateral y triangular, en forma horizontal, voluntaria, sin ningún tipo de condicionamiento y con la finalidad de contribuir al desarrollo con inclusión social de los Estados y la reducción de asimetrías para lograr una verdadera integración. Actualmente, la Argentina está implementando más de 100 proyectos de cooperación en nuestra región, en áreas de prioridad de cada Estado, en particular con el Caribe, donde hemos duplicado las acciones entre 2012 y 2013.
A manera de ejemplo de cooperación y aprendizaje recíproco, podemos mencionar la experiencia triangular de la Argentina con Jamaica, Trinidad y Tobago, Guyana y Suriname, y la OPS/OMS, que posibilitó el fortalecimiento de prácticas y laboratorios, en particular del laboratorio de referencia regional del CARICOM para el proceso de precalificación ante la OMS. El proyecto se ejecutó durante el año 2013 y fue una clara muestra de la potencialidad que tiene este tipo de cooperación cuando es ejecutada en base a las necesidades y características de los países en donde intervenimos.
SR. PRESIDENTE
El abordaje de política social eficaz debe ser integral, teniendo en cuenta a la persona en su entorno social, cultural y geográfico, lo que nosotros llamamos “territorio”. Lejos de las políticas diseñadas desde los despachos, tomamos la decisión de construir políticas desde el territorio, teniendo en cuenta las diversas realidades, identidades, necesidades, expectativas y oportunidades, para promover el desarrollo local, impulsando la democratización en la toma de decisiones.
Avanzar en un nuevo paradigma de política social no es un cambio de método o de técnica. Forma parte de una de las conquistas más importantes de esta última década: asumir la política como una poderosa herramienta de transformación social.
SR PRESIDENTE
Retomando la vocación integradora que hoy vive nuestra región y con relación a la Cumbre de las Américas, quiero traer a colación las palabras de la Presidenta Fernández de Kirchner cuando al referirse a la próxima cita en Panamá, señaló que dicha cumbre solamente puede ser exitosa si se asegura la participación de la República de Cuba.
Toda nuestra región respalda el diálogo como única solución para superar los conflictos. Así, la UNASUR ha intervenido con éxito en la solución de diferendos y controversias. Hoy es garante del proceso de diáloogo en Venezuela a pedido del Gobierno venezolano y con el acuerdo de todas las fuerzas democráticas de ese país hermano.
SR PRESIDENTE, PARA CONCLUIR
En la última sesión plenaria trataremos un tema de vital importancia para mi delegación como es la Cuestión de las Islas Malvinas. Si bien espero abordar esta cuestión en detalle en dicha oportunidad, no quisiera finalizar sin reconocer y agradecer el apoyo que la región ha dado a mi país en la búsqueda constante de una resolución pacífica a la disputa de soberanía, cuestión por la que la Argentina ha abogado y que tanto esta Organización como las Naciones Unidas han llamado a resolver a través de negociaciones entre la Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
Quiero enfatizar que el diálogo entre las naciones es motor de desarrollo social. El diálogo es paz.
Negarse a dialogar es cerrar la via pacífica a la esencia del ser humano: el derecho a ser respetado y la obligación de respetar.
MUCHAS GRACIAS.