Deseo agradecer, en primer término, la presencia del Sr. Secretario General Kofi Annan, así como sus conceptos, que proveen una orientación indispensable en el proceso político haitiano. Asimismo, deseo agradecer la presentación detallada sobre la situación actual en Haití, hecha por su Representante Especial, Emb. Juan Gabriel Valdés. Acercándonos a la finalización de su período de servicios al frente de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), deseamos además expresar nuestro especial reconocimiento por las cualidades políticas y profesionales del Emb. Valdés, las que contribuyeron a delinear un horizonte promisorio en Haití. En base a esa experiencia, la Argentina desea reiterar su particular interés en que el próximo Representante Especial sea un nacional de alguno de los países latinoamericanos contribuyentes de tropas en la Misión.
También quiero felicitar al Sr. Presidente electo de Haití, René Préval y agradecerle su presencia en esta reunión, así como su intervención sobre los desafíos futuros de su país. De la misma manera, nuestro país extiende sus más calurosos saludos al pueblo haitiano, que concurrió masivamente a cumplir con su deber cívico, a pesar de las dificultades técnicas que debieron sortear para ejercer su derecho de voto. Agradecemos, asimismo, la invaluable colaboración de la Organización de los Estados Americanos en la organización de las elecciones.
La Argentina se asocia con la intervención pronunciada en la mañana de hoy por el Sr. Ministro de Relaciones Exteriores de la República de Guyana, Samuel Insanally, en nombre del Grupo de Rio.
Nuestro país entiende que el próximo traspaso del poder a un gobierno representativo y democrático, representa un nuevo capítulo en la historia haitiana y una oportunidad que no debe dejarse pasar nuevamente, para que definitivamente el pueblo haitiano y sus autoridades, apoyadas de manera continua por la comunidad internacional, puedan dejar atrás definitivamente la inestabilidad, el estancamiento y la violencia política.
En esta etapa, entendemos que es posible realizar una primera evaluación de la presencia de las Naciones Unidas en Haití. Creemos que la MINUSTAH ha sido un factor decisivo para reestablecer con éxito un entorno de seguridad y estabilidad que contribuyó a hacer posible el desarrollo del proceso electoral y a sentar las bases para el despegue económico.
Esta Misión ha servido, por otra parte, para demostrar el compromiso de Latinoamérica con los acontecimientos del Hemisferio y, particularmente, con las tareas de reconstrucción de la paz en la región. Como consecuencia de este entendimiento, tanto nuestro país como los otros países latinoamericanos contribuyentes de tropas en MINUSTAH han iniciado un proceso de coordinación entre sus Cancillerías y sus Ministerios de Defensa, con miras a alcanzar mayor efectividad en el trabajo de los contingentes y con la finalidad de identificar proyectos conjuntos y complementarios en el terreno.
El Consejo de Seguridad y las agencias en el terreno tienen una gran responsabilidad por delante: colaborar en esta nueva etapa para que los errores del pasado no se vuelvan a cometer. El proceso electoral en curso debe ser concluido rápidamente, de modo de permitir el pronto traspaso del poder y la conformación del parlamento y los gobiernos locales y municipales. Las elecciones constituyen el primer paso hacia la reconstrucción democrática, pero la estabilidad a largo plazo requerirá también otros elementos. Reiteramos, en este contexto, nuestro convencimiento de que el desarrollo social y económico resulta esencial para garantizar la seguridad y la gobernabilidad democrática.
Somos conscientes de que el Presidente Préval tendrá una tarea inmensa por delante. La estrategia para construir la paz deberá centrarse, a nuestro juicio, en cuatro pilares: la seguridad, el imperio de la ley, la revitalización económica y la provisión universal de servicios básicos. Resultará imperativo asegurar al pueblo, de modo tangible, que la democracia traerá cambios para mejor.
Entre los desafíos pendientes, el nuevo gobierno, con apoyo de la comunidad internacional, tendrá que continuar el trabajo en pos de la reconciliación del pueblo haitiano mediante el diálogo político constructivo. La reconciliación no se legisla, sino que debe estar arraigada en la suma de esfuerzos de todos los integrantes de la sociedad. El camino del entendimiento y la aceptación de las reglas democráticas marcarán una diferencia esencial para superar los problemas del pasado.
La reforma policial y del sistema judicial y correccional debe cobrar nuevo impulso. Haití necesita reformar su estructura de seguridad, de modo de poder contar con un sistema equipado, moderno y eficiente, con pleno respeto por las garantías individuales. Nuestro país está dispuesto a cooperar en el área de la justicia y la promoción de los derechos humanos. Haití requiere contar con funcionarios capacitados e instituciones democráticas fuertes y confiables.
En el marco del desarrollo, la comunidad internacional debe continuar apoyando a Haití en la elaboración de una estrategia integral de reducción de la pobreza. Resultará fundamental que las nuevas autoridades redefinan sus prioridades en el contexto del Marco de Cooperación Provisional, identificando proyectos prioritarios que respondan a las genuinas necesidades del pueblo haitiano. La creación de empleo y la provisión de servicios sociales básicos constituyen dos de las cuestiones centrales a las que se deberá prestar especial atención en el futuro próximo.
La Argentina continuará prestando su cooperación y apoyo sostenido a Haití a través de su presencia en la MINUSTAH; de los proyectos de cooperación presentados a través del Marco de Cooperación Provisional en materia de alimentos, promoción del deporte y comercio exterior; y de la coordinación de ayuda humanitaria por intermedio de la iniciativa Cascos Blancos. Precisamente, en relación con este último tema, Cascos Blancos enviará durante 2006 una misión preparatoria con el objeto de implementar un proyecto específico que abordará los problemas particulares que surgen en la frontera con República Dominicana.
La nueva etapa que se inicia en Haití demandará el compromiso de todos y, en especial, de su clase dirigente. La sociedad haitiana en su conjunto tiene un importante reto por delante y deberá involucrarse de manera pacífica en el proceso político. Deseamos aprovechar, en este contexto, la presencia del Presidente electo René Préval para reafirmar el compromiso a largo plazo de la comunidad internacional y de América Latina en particular, con el desarrollo y el establecimiento de un Estado de derecho duradero en su país. Esperamos poder trabajar de manera conjunta y constructiva en pos de esos objetivos.
Muchas gracias.