Es para mí un honor presentar al Presidente de la Autoridad Nacional Palestina y líder de la Organización para la Liberación de Palestina, Dr. Mahmoud Abbas.
Comprometido con su pueblo; respetado a nivel internacional por su posición equilibrada en los procesos de negociación y por su firme compromiso con la paz, Mahmoud Abbas se ha convertido en uno de los actores políticos fundamentales en la búsqueda de soluciones al conflicto palestino-israelí.
Como tantos palestinos, desde temprana edad supo de la intolerancia, la discriminación y la violencia. A los trece años debió abandonar su hogar, convirtiéndose en un refugiado. A partir de ese momento, consagró sus esfuerzos y accionar en pos de la liberación de su tierra y la constitución de un estado palestino.
Cuando ingresó a Al Fatah, tomó el nombre de Abu Mazen y posteriormente ocupó los más altos cargos en este partido y en la OLP, convirtiéndose en su líder tras la muerte del Presidente Yasser Arafat.
Intelectual y pragmático, en 1984 fue nombrado por Arafat Director del Departamento de Asuntos Nacionales de la Organización, para conducir las negociaciones de paz con Israel.
Participó activamente en las negociaciones de Madrid (1991) y Oslo (1993), siendo considerado como uno de los artífices de la Declaración de Principios, conocida como “Acuerdos de Oslo”, que fue suscripta por los Presidentes Arafat y Rabin en la Casa Blanca en septiembre de 1993. Posteriormente, tuvo una muy destacada participación en las negociaciones que condujeron a la firma del Acuerdo Interino sobre la Franja de Gaza y la Ribera Occidental de 1995.
Tras 47 años de exilio, regresó a los territorios palestinos y en 1996, al año siguiente de su llegada, fue electo Secretario General del Comité Ejecutivo de la OLP. En 2003 fue designado Primer Ministro de la Autoridad Palestina.
En 2005 fue elegido presidente de la Autoridad Nacional Palestina, llegando a la primera magistratura del gobierno palestino con un amplio respaldo en las elecciones democráticas que tuvieron lugar en enero de ese año.
Sr. Presidente
Tenemos gran interés en escucharle. Comprobamos con profunda preocupación el estancamiento de las conversaciones de paz. Sabemos de su voluntad negociadora y su posición conciliadora, ambas esenciales para llegar a una paz negociada que permita afianzar la estabilidad en Medio Oriente.
La Argentina ha procurado mantener una posición equilibrada en el conflicto palestino-israelí. Tal equilibrio, sin embargo no implica que dejemos de condenar lo que nos parece condenable.
Creemos que no habrá paz posible sin una reconciliación verdadera entre palestinos; sin el fin de las acciones terroristas, sin el cese de la actividad de asentamientos israelíes en territorios ocupados, sin que se ponga fin a la construcción del muro, sin una solución justa a la tragedia de los refugiados y sin un retorno a la situación fronteriza existente antes de la ocupación de 1967.
La Argentina considera que la “Iniciativa de Paz Árabe” así como la “Hoja de Ruta” contienen un núcleo de propuestas cuya adopción facilitaría avances significativos en el proceso de paz. Este debería culminar con un Estado palestino independiente, viable y territorialmente contiguo, conviviendo en paz con Israel, dentro de fronteras seguras e internacionalmente reconocidas.
Al igual que Ud. creemos en la paz. Una paz justa y comprehensiva, que permita al pueblo palestino desarrollarse en un clima de libertad donde estén garantizados sus derechos humanos.
Tal como lo manifestamos en el Consejo de Derechos Humanos y en la Asamblea General al votar positivamente el Informe Goldstone, la Argentina defiende la vigencia del Derecho Internacional y el respeto irrestricto de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario. Seguiremos exigiendo el cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas.
Sr. Presidente, le deseo el mayor de los éxitos en su gira por la región y reitero nuestro anhelo de que, en un futuro próximo, se haga realidad una Palestina soberana y democrática, que trascienda esa “Palestina de sueños y de pena”, evocada por el gran poeta, recientemente fallecido, Mahmoud Darwish.