Señoras y señores
Estimados amigos
Sentí que no podía permitir que razones de agenda, siempre compleja en esta época del año me impidieran reunirme con ustedes y expresarles mi agradecimiento por un año más de esforzada y eficiente labor y transmitirles mis mejores deseos y los de mis colaboradores para el 2005.
Cuando hago referencia al reconocimiento por la labor desarrollada, pienso en la satisfacción de contar con un cuerpo consciente de la responsabilidad y del compromiso que se requiere de quienes tienen el honor de representar a la nación y defender el interés nacional.
Gracias al trabajo de todos y cada uno de ustedes, podemos hoy afirmar que hemos contribuido a afianzar el respeto que la argentina debiera merecer en el ámbito internacional.
No es una tarea sencilla.
Como señalara meses atrás, nos encontramos en un momento muy particular de la historia universal, signado por cambios cuya dirección definitiva aún no conocemos. Y debido a la particularidad de este momento, cuando el futuro se nos presenta tan cargado de promesas como de temores, es que todos debemos poner nuestras capacidades al servicio de pensar de modo reflexivo la contingencia mundial e interpretar correctamente nuestra identidad con el fin de hacernos cargo de la historia y no quedar aferrados a modelos que ya no resultan adecuados.
O, como dijera un psicólogo devenido en poeta, "debemos liberar la memoria adherida a las cárceles del tiempo que ya murió y no emplear lo vivido como excusa".
Hay una reflexión muy interesante que hace Ramoneda en el prólogo a la edición española a las "Memorias de ultratumba" de Chateaubriand. Allí recuerda que de Musset afirmaba que el mal de comienzos del siglo XIX se debía a que todo el pasado conocido había muerto, y que el futuro todavía no se había anunciado. Creo que es una descripción adecuada también al mundo que nos toca hoy, un mundo de oportunidades instantáneas, en el que las demandas aparecen súbitamente, y por lo propio hay que estar permanentemente en condiciones de satisfacerlas si se quiere tener una oportunidad.
Esto supone un desafío adicional a todos los que pesan sobre nuestras espaldas.
Señoras y señores:
No pretendo realizar en esta oportunidad un balance exhaustivo de la gestión.
Como dije al comienzo, el objetivo prioritario de este encuentro es expresar mi reconocimiento por la labor desplegada.
Conscientes de que el fortalecimiento institucional de la cancillería favorece la eficiencia y la eficacia y constituye el mejor reconocimiento para sus integrantes, hemos procurado avanzar en temas centrales que se relacionan con la consolidación de la profesionalidad del ministerio de relaciones exteriores, tanto más necesaria en tiempos exigentes como los actuales.
A modo de ejemplo, quisiera destacar que hemos recuperado la anualidad de los ascensos de los miembros del servicio exterior de la nación y hemos avanzado en la regularización de los traslados, incluidos aquellos de los integrantes del personal SINAPA adscripto al Servicio Exterior de la Nación.
Al respecto, estimo importante señalar que dichos traslados se realizarán de conformidad con lo establecido en el nuevo reglamento de adscriptos al Servicio Exterior de la Nación recientemente aprobado.
Con el mismo propósito de fortalecer institucionalmente la Cancillería y promover la transparencia en el marco de las actividades del estado, la gestión por objetivos y la utilización eficaz de los recursos disponibles, hemos desarrollado dos herramientas de trabajo conocidas por sus respectivas siglas informáticas (INFOGES y SEGUIR) que nos permitirán contar, con anticipación suficiente para una adecuada instrumentación, con los planes de acción que la totalidad de las representaciones argentinas en el exterior deberán desarrollar durante el año 2005.
Confío en que el año próximo podremos superar la fase de aplicación experimental del sistema de seguimiento y monitoreo de compromisos.
Estimados amigos:
Comenzamos esta gestión convencidos de la necesidad y urgencia de actualizar la matriz sobre la cual articulamos nuestra política exterior.
En tal sentido, hemos dejado atrás las concepciones providencialistas del relacionamiento externo y sus ilusiones de poder aparente a las que otrora adscribiera la argentina.
Con el apoyo de todos ustedes, estamos trabajando en fortalecer y profundizar la empresa integradora a la que nos hemos comprometido públicamente.
A través de la consolidación del Mercosur y su ampliación hacia la creación de un espacio sudamericano (cuya acta fundacional suscribimos recientemente en Cusco), procuramos ampliar nuestro margen de autonomía en el contexto que presentan las actuales circunstancias mundiales.
Estoy convencido de que hemos avanzado razonablemente en el camino que nos hemos trazado. Para fundar esta afirmación, mencionaré algunos ejemplos:
El consenso de buenos aires suscripto por los presidentes Kirchner y Lula, que constituye un punto de inflexión en la política exterior de la región;
El encuentro de caracas, germen de la idea de trabajar en forma conjunta ante los organismos multilaterales de crédito;
El compromiso de Buenos Aires, firmado con Bolivia, que constituye un acuerdo de futuro compartido.
Los acuerdos firmados con chile que, al tiempo que consolidan nuestra sociedad estratégica, constituyen la puesta en marcha de proyectos que inciden de manera directa en la calidad de vida de nuestros ciudadanos;
Cabe mencionar también:
La misión de observación que -en forma conjunta con Brasil- enviamos a Bolivia en octubre de 2003 en ocasión de la grave crisis que culminó con la renuncia del ex presidente Sánchez de Losada. Esta misión constituyó el primer paso hacia un mecanismo innovador tendiente a prevenir la ocurrencia de eventuales crisis de gobernabilidad y resguardar la vigencia de las instituciones democráticas;
La actual misión de las Naciones Unidas en Haití, en la cual participamos en forma conjunta con nuestros vecinos, asumiendo que un problema de la región debe ser afrontado por los países de la región pues debemos hacernos cargo de aquello que pueda desequilibrar nuestra realidad;
La declaración conjunta sobre cooperación para el crecimiento económico con equidad firmada en Río de Janeiro, donde se sentó el principio de que el pago de la deuda no se haría a expensas del crecimiento;
La declaración adoptada en octubre pasado por parte del Consejo de Ministros de la ALADI sobre la problemática de la deuda externa. La región reconoció en dicha declaración la importancia de que la solución que se alcance no comprometa la gobernabilidad democrática ni el desarrollo económico-social;
Los sustantivos avances logrados en materia de ampliación gradual del Mercosur, así como los importantes pasos dados en pro de su fortalecimiento institucional, en el entendimiento que los problemas del Mercosur se solucionan con más Mercosur;
La reciente suscripción de la "declaración del Cusco" por la que se constituye la Comunidad Sudamericana de Naciones.
Señoras y señores:
Me parece importante señalar también que hemos avanzado en nuestra empresa integradora con el consenso de nuestra sociedad, convencidos de que en la participación efectiva de los ciudadanos reaparece la importancia decisiva de la política como gestión de la sociedad.
Para destacar la importancia que nuestra administración otorga a la participación de la sociedad civil y a la interacción con los estados provinciales y municipales, baste con evocar la puesta en marcha del programa "La Cancillería en el Interior", así como la creación de una representación especial para la integración económica regional y la participación social.
En otro orden de ideas, resulta también relevante mencionar que hemos promovido métodos de trabajo más idóneos y hemos logrado importantes avances conceptuales en los distintos procesos de cumbres en los que participa nuestro país.
A título de ejemplo, interesa señalar que en la cumbre iberoamericana que tuviera lugar en costa rica en noviembre pasado, se promovió la propuesta argentina de conversión de un porcentaje de los servicios de la deuda en inversión en los sistemas educativos, como nuevo mecanismo financiero para promover el desarrollo.
En esta misma lógica se inscribe el lema que -a sugerencia de Argentina- se adoptara para la IV Cumbre de las Américas que se realizará en Mar del Plata en noviembre del año próximo. La cumbre sesionará bajo el lema "Crear trabajo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática".
La creación de empleos de calidad es una condición indispensable para revertir las situaciones de extrema desigualdad y marginación que afectan a gran parte de los ciudadanos de nuestra región.
Es por ello que propondremos a la cumbre el objetivo de articular políticas activas que -al tiempo que propicien el desarrollo de los negocios y de la inversión productiva- tengan como meta prioritaria la generación de trabajo decente, en el marco de un nuevo paradigma que dote a las transformaciones económicas de un fuerte contenido ético.
Estamos también convencidos de que el crecimiento sostenido y la generación de puestos de trabajo van de la mano de una política activa de promoción comercial.
Tomando en consideración que exportar significa crear trabajo, estamos trabajando -en estrecha coordinación con el sector privado- para incrementar y diversificar nuestras exportaciones.
En relación con estos objetivos, los resultados obtenidos durante el año 2004 han sido muchos y de singular relevancia.
Durante los primeros diez meses de 2004, las exportaciones argentinas han llegado a la cifra de 28.500 millones de dólares y estamos alcanzando un record de firmas exportadoras.
Por su parte la diversificación por sectores y la desconcentración por destinos lograron sus puntos más altos de los últimos quince y doce años respectivamente, como tuvimos ocasión de recordar en ocasión de la reciente entrega de los premios exportar.
Al respecto, el nuevo portal de negocios de la Cancillería "Argentina Trade net" que tuve el honor de presentar un par de meses atrás constituirá sin duda un instrumento vital en la labor de promoción de nuestras exportaciones, facilitando la difusión de la enorme masa de información que este ministerio produce.
Amigos:
Señalé antes que no pretendía hacer un balance exhaustivo de la gestión. Tratando de cumplir mi promesa, quisiera concluir esta enumeración de algunos hechos salientes de la presente administración señalando dos o tres hitos que estimo son relevantes.
Me refiero en primer término a la nueva dimensión que hemos otorgado a la relación con la región de Asia Pacífico. Las recientes visitas de mandatarios extranjeros tales como los presidentes de China, Vietnam, Corea y Pakistán constituyen un ejemplo elocuente.
Estamos asimismo trabajando de manera activa para vigorizar la relación con los países del Africa Subsahariana.
Con tal propósito, hemos impulsado la apertura de una embajada residente en la República de Angola, proyecto al que el Poder Ejecutivo nacional otorga significativa importancia.
Por otra parte, y en forma consistente con nuestro propósito de promover en el ámbito internacional los mismos principios de justicia, libertad, equidad y respeto a los derechos humanos que afirmamos en el plano interno, la Argentina firmó la convención internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares y depositó el instrumento de ratificación del protocolo facultativo de la convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
Asimismo, en el marco de la OEA, nuestro país logró que se aprobara la iniciativa argentina para elaborar criterios para los informes periódicos previstos en el protocolo de san salvador con base en un proyecto nacional que incorpora los indicadores de progreso.
En otro orden de ideas, y además del inicio de las actividades de la secretaría del tratado antártico en septiembre pasado, concluimos este año con dos noticias: la aprobación parlamentaria del acuerdo con Australia sobre usos pacíficos de la energía nuclear y la exitosa realización en buenos aires de la décima conferencia de las partes de la convención marco sobre cambio climático.
Y quiero cerrar esta breve reseña de lo actuado haciendo mención a lo que entendemos constituye la mejor prueba de que estamos transitando la senda correcta: la confianza que la comunidad internacional ha depositado en la Argentina al elegirnos una vez más para integrar el consejo de seguridad de las Naciones Unidas en momentos en que la organización debe hacer frente, con solvencia y responsabilidad, a una agenda de enorme complejidad.
Señoras y señores:
En fechas tan significativas como éstas, les reitero mi reconocimiento por su destacada labor y los convoco a continuar nuestro trabajo en equipo para cimentar la confiabilidad de la argentina a nivel internacional de modo tal que podamos participar -con dosis adecuadas de realismo y de creatividad- en la formación del nuevo mundo que está emergiendo, teniendo siempre presente que el gran desafío que subyace en todas nuestras acciones es la necesidad de consolidar una auténtica democracia de ciudadanos.
Para ello, debemos lograr que nuestros esfuerzos sean guiados por el reto que nos propone un reconocido filósofo contemporáneo (Giorgio Agamben): "llegar a pensar de un modo nuevo la relación entre lo posible y lo real".
En tal sentido, suscribimos el planteo de quien afirma que "no es lo posible que exige ser realizado, sino la realidad la que exige volverse posible. Pensamiento, praxis e imaginación (tres cosas que no deberían ser jamás separadas) convergen en el desafío común de hacer posible la vida" para todos nuestros conciudadanos pues todos tenemos igual derecho a una vida intensa, plena, libre y extensa.
Los desafíos que se nos presentan son muchos y complejos pero contamos con los recursos para escribir nuestra propia historia. Estoy convencido que podemos ser partícipes inteligentes en la creación de un mundo global con reglas que nos permitan a todos compartir sus beneficios. A tal fin, quienes tenemos responsabilidades en la gestión pública, debemos evocar el espíritu de la "Divina Salamina" y dedicar así nuestras mejores capacidades a favor de la lucha por la democracia y la libertad y la resistencia a la barbarie y el oscurantismo.
No quiero terminar sin hacer dos menciones, una para alguien que ya no está entre nosotros, y la otra para alguien que no está con nosotros. Me refiero a Juanjo Uranga y a Eduardo Valdez. Disfruté de trabajar con ellos. Voy a extrañarlos.
Muchas gracias.