Señoras y señores
Estimados amigos
Alfredo Chiaradía no necesita ser presentado ante ustedes.
Su trayectoria y prestigio, consolidado a través del reconocimiento que mereció su labor en las diversas e importantes funciones que durante su carrera profesional debió asumir, constituyen su mejor presentación.
Para asegurar el éxito de nuestra gestión, debemos trabajar con grandes colegas y colaboradores.
Esta convicción resume los motivos que fundan la decisión de designar al Embajador Chiaradía al frente de un área de extrema importancia de la Cancillería como es la Secretaría de Comercio y Relaciones Económicas Internacionales. Desde el Embajador Tettamanti, ésta es la vez siguiente después de treinta años que un diplomático de carrera ocupa esta función. Ello me alegra.
Señoras y señores
La política exterior está íntimamente vinculada con la política interna y sus objetivos prioritarios son promover el crecimiento del país y asegurar el bienestar de los ciudadanos. Para ello, a lo largo de estos dieciséis meses de gestión, hemos definido el perfil de inserción internacional que estimamos mejor favorece el modelo alternativo de desarrollo sostenible y crecimiento económico con equidad social que promueve la Argentina.
En diversas oportunidades y foros, hemos reiterado nuestro compromiso con el desarrollo económico y social de nuestro pueblo.
Al respecto, estamos convencidos de que el comercio internacional -fuente de recursos genuinos- constituye una herramienta valiosa para acercarnos a nuestro objetivo.
Por tanto, procuramos lograr una inserción en el comercio mundial de carácter productivo y no especulativo, que nos permita acceder de manera diversificada a los mercados para que los beneficios alcancen a la mayor cantidad de sectores.
Un eje central de nuestra acción en esta materia consiste en impulsar procesos de integración con aquellas naciones que poseen complementariedad comercial.
Buscamos así un mejor acceso para nuestra industria y servicios, dejando atrás la vieja concepción de país de una sola oferta para presentarnos como una nación con intereses múltiples y no excluyentes.
Ejemplos paradigmáticos de nuestra labor en esta materia han sido las misiones comerciales llevadas a cabo en Rusia y en China, países con los cuales estamos trabajando para construir una asociación mutuamente beneficiosa y de largo aliento.
La política comercial instrumentada por la administración del Presidente Kirchner está orientada a incrementar de modo significativo el volumen de nuestras exportaciones, diversificar la oferta nacional hacia productos con mayor valor agregado, maximizar los destinos posibles y sumar cada vez más empresarios nacionales a la actividad exportadora.
Con este fin, promovemos activamente la interacción entre el sector público y el sector privado, en el entendimiento que el esfuerzo cotidiano del sector privado constituye un instrumento necesario para consolidar una cultura basada en la productividad y en el trabajo, como la que nuestro Gobierno propugna.
Con estos objetivos, reseñados a grandes trazos, la Argentina ha aumentado su participación en diversos andariveles de negociación -bilaterales, regionales y multilaterales- desarrollando, sobre la base de un enfoque multipolar y abarcativo, una diplomacia orientada a ocupar todos los espacios disponibles en el concierto internacional.
Por último, desearía reafirmar nuestra convicción de que, a partir de la consolidación de la integración plena de nuestra región en torno al MERCOSUR, eje central de nuestra política exterior, nuestra voz sonará con más fuerza y podremos atender mejor nuestros intereses que son, ni más ni menos, que los intereses de nuestros conciudadanos.
Estamos dispuestos a aprovechar la oportunidad que nos brinda el actual contexto en el que se destaca la convergencia de valores y principios compartidos con nuestros principales socios de la región para avanzar, de modo irreversible, hacia la creación de un espacio sudamericano que abrirá nuevas opciones para el crecimiento y el desarrollo de cada uno de nuestros países y de la región en su conjunto.
Señoras y señores:
Hace pocos días, en ocasión de celebrar el día del diplomático, señalé la importancia de contar con un cuerpo profesional consustanciado con nuestra idea de la diplomacia como firmeza en la prudencia, audacia en la paciencia, claridad en la complejidad y coherencia en la diversidad, cualidades necesarias para alcanzar las metas que nos hemos propuesto.
Desde mi asunción al frente de la Cancillería, he trabajado en estrecho contacto con Alfredo Chiaradía en diversas instancias críticas para el desarrollo de complejas y ambiciosas negociaciones.
Nuestra experiencia de trabajo conjunto me ha demostrado que el Embajador Chiaradía reúne las condiciones de idoneidad y competencia profesional, los valores y los principios que se requieren para afrontar con solvencia los desafíos de la hora y colaborar, con entusiasmo, en los esfuerzos que estamos desarrollando en pos de forjar un orden internacional solidario y multilateral, una comunidad asentada en el respeto de la legalidad y fundada en el modelo de la cooperación. Un orden que, al decir de García Canclini, nos permita "salir de este tiempo de abundancia mezquina"
Estimado Alfredo
Al desearte, en nombre de todos, el mayor de los éxitos en tus nuevas funciones, quisiera concluir con un comentario más personal: uno de los activos más importantes con que alguien puede contar es el respeto de sus pares.
Si alguna prueba necesitara sobre lo acertado de tu designación, me bastaría con evocar el beneplácito generalizado con que la misma fue acogida por tus colegas.
Con tus más de 30 años de servicio, entiendo que ello debe ser motivo principalísimo de satisfacción y de legítimo orgullo. No es para menos.
Muchas gracias.