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Rafael Antonio Bielsa

Domingo 9 Mayo 2004
Discurso del Sr. Canciller Rafael Antonio Bielsa
Celebración del "Día de Europa: Unidad en la diversidad"
Discurso de agradecimiento

Es para mí un gran honor y un motivo de especial satisfacción unirme a esta fiesta conmemorativa de la ampliación de la Unión Europea a 10 nuevos miembros.

La celebración que nos convoca, "El Día de Europa", simboliza la realización efectiva de la quinta y más extensa ampliación de la historia de la Unión Europea. Implica la reunificación definitiva de una Europa que ha superado las divisiones geopolíticas del pasado y borrado las separaciones impuestas en Yalta.

Más que ninguna otra ampliación, ésta representa la aplicación a escala continental de un modelo europeo de integración pacífica y voluntaria de pueblos libres.

Tal como lo declarara el ex Primer Ministro de Polonia Sr. Miller en oportunidad de las ceremonias que se llevaron a cabo en su país, "el gran sueño polaco se convirtió en realidad".

Sabemos que este sueño es compartido por los otros nueve países que se acaban de adherir, pero también es un sueño que teníamos todos los argentinos.

Porque los argentinos vivimos comb propios, y con una gran angustia, los padecimientos sufridos por los europeos bajo las guerras del siglo pasado, tanto internacionales como civiles, ya que, parafraseando la famosa expresión, "nada de lo que sucede en Europa nos es ajeno". No podría serlo, porque nuestros lazos históricos y de consanguinidad con ese continente son tan estrechos que trascienden los vínculos oficiales. A Europa la vivimos de manera cotidiana, en nuestros hogares, en nuestras mesas, en nuestras calles.

Europa hoy nos ha dado una nueva prueba de que mantiene intacta esa vitalidad y esa solidez que la ha llevado a superar los totalitarismos que ensombrecieron su historia y provocaron el divorcio entre sus naciones. Estas divisiones tuvieron una trágica expresión en numerosos conflictos armados, que en su más terrible eclosión arrastraron al mundo a dos guerras mundiales.

Por eso debemos hoy rendir homenaje a sus pueblos y a sus líderes, en esta fiesta verdaderamente popular que nos trae una muestra colorida de sus tradiciones, las mismas sobre las que se fundamenta el edificio que hoy han logrado construir. Los diez países ingresantes ofrecen el legado milenario de sus culturas, constituyéndose así en lo que puede ser el fundamento de la nueva identidad europea, construida en el entendimiento de lazos comunes culturales y de solidaridad.

Hoy Europa avanza con un hecho histórico hacia una unión más perfecta, pero no sobre la base de designios imperialistas como los que conoció en el pasado, sino asentada en sólidos principios que compartimos profundamente los argentinos. Es la unión en la diversidad, en el respeto a la idiosincrasia de los pueblos, a sus tradiciones, al respeto a los derechos humanos y a la representatividad de todos los sectores sociales. Es la Europa que busca la cohesión social, una mejor distribución de la riqueza, la tutela de los desvalidos. En suma, la democracia en la mejor de sus expresiones.

Por eso hoy, más que nunca, los argentinos nos sentimos identificados con Europa. Con un continente progresista e idealista, avanzando en el camino que le marcaron los grandes dirigentes que idearon e impulsaron este proceso: Robert Schuman, Konrad Adenauer, Jean Monnet, Paul Henri Spaak y tantos otros que siguieron sus pasos. Para citar las sabias palabras de Schuman, "la política exterior no será jamás la yuxtaposición de antagonismos enfrentados, sino la conciliación amistosa y preventiva de las divergencias existentes, declaradas y discutidas sin alterarse." Y cómo no coincidir con Adenauer, que tanto soñó con la unificación alemana y falleció sin ver la caída del Muro de Berlín, cuando afirmó" ¡todos somos hermanos! No es una frase vacía y no debemos permitir nunca que llegue a serlo... cualquier país nos concierne porque la paz es indivisible".

De allí que a la Argentina también le concierne este hecho histórico.

Recordemos que nuestro MERCOSUR se inspira en la experiencia europea y que mucho hemos progresado en el escaso tiempo que ha transcurrido desde su creación. Confiamos en que la asociación con la Unión Europea en la que estamos trabajando culmine en los próximos meses y fortalezca aún más nuestros estrechos vínculos. No solo los de carácter económico, sino que esta asociación también lleve a nuevos horizontes nuestro diálogo político, basado en generalizadas coincidencias.

Las naciones que se incorporaron a la Unión Europea el pasado primero de mayo han dejado una profunda huella en nuestra. sociedad. La gran mayoría de ellas, si no todas, están dignamente representadas en nuestra población, a la que le han aportado sus esfuerzos y sus valiosas tradiciones, cuyas expresiones artísticas disfrutaremos en esta ocasión. Aún preservando sus costumbres, estas colectividades han sabido insertarse con éxito en nuestra sociedad, identificándose con sus habitantes y desarrollando vínculos de afecto y lealtad para con nuestra nación. No muchos países han logrado en tal sentido lo que conseguimos en la Argentina: una sociedad homogénea en su diversidad y unida en torno a ideales y principios comunes, con independencia del origen de sus habitantes, de su color o de su credo.

Y por ser nuestros vínculos tan cercanos también participamos los argentinos del orgullo y la alegría con que los países europeos, tanto los que ya integraban la Unión como los que se acaban de sumar, han recibido este evento tan propicio en la historia de las naciones. Celebremos entonces esta conducta ejemplar y hagamos votos para que el nuevo camino que acaban de emprender los lleve a un futuro aún más venturoso.

Muchas gracias.