El canciller Felipe Solá realizó el 16 de julio una conferencia de prensa con más de 40 corresponsales en la Argentina de los principales medios internacionales. Estuvo acompañado por el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme y el subsecretario de Promoción del Comercio e Inversiones, Pablo Sívori.
Las principales respuestas:
PANDEMIA Y G20: “Tenemos un Fondo de Financiamiento Global Solidario que debe tener en cuenta el aumento de la pobreza en la mayoría de países, pero también queremos que haya decisiones sobre deuda. No solamente en los países más pobres, sino también en los de renta media que se han empobrecido por esto. Si se vislumbran ganadores y perdedores claros el G20 tiene que intervenir de manera tal de aminorar muchas de estas situaciones. Si el mundo va ser más injusto después de la pandemia, la responsabilidad va a ser del G20. La cooperación es muy importante para equiparar la injusticia. Esto se produce cuando uno entra en el corazón financiero y en qué nivel ha sido perjudicada su economía y su posible crecimiento”.
ELECCIONES EN EL BID: “La candidatura de Claver Carone es una decisión de Estados Unidos y de varios países de Latinoamérica. Nosotros mantenemos la candidatura Gustavo Beliz. En el BID no solo votan los latinoamericanos, sino también otros países del mundo. Hay molestia con esa candidatura y ha sido expresada por ex presidentes del BID, por ex cancilleres. Gente que tiene peso político, en lo académico y en el ámbito de las relaciones internacionales. Han protestado y con razón. El BID surgió en 1959 para estar en Washington pero para ser dirigido por un latinoamericano. Carone no es cuestionado desde el punto de vista técnico, sino por lo político, porque expresa el ala más dura de la ideologización de la política de Estados Unidos hacia América. Entonces hay un cierto temor de que después exista una cierta de segregación desde un punto de vista ideológico hacia algunos países respecto de los créditos del BID que son fundamentales para todos nosotros. Ya se verá porque esto es dinámico. NO solo hay que tener los votos para ganar, sino que también en necesario tener los votos para tener quórum”.
PEDIDOS DE EE.UU. PARA VENEZUELA: Piden que aprobemos las sanciones y los bloqueos hacia Venezuela. El discurso del embajador Federico Villegas Beltrán fue muy breve, tiene cuatro párrafos. La oposición argentina tomó el primer párrafo, le dio su propia interpretación y salió a decir que coincidíamos con la postura que tenía antes Macri con respecto a Venezuela. Esto no es para nada cierto. Por supuesto no tomaron en cuenta los otros tres párrafos que es donde condenamos los bloqueos y las sanciones, de eso nada dijeron. Nosotros insistimos que la solución en Venezuela no pasa nunca que llegue de afuera hacia adentro. Tiene que ser una solución entre venezolanos, desde adentro de Venezuela. Después de escuchar el informe de la Alta Comisionada Bachelet, el embajador Villegas Beltrán dijo que coincidía en la preocupación los Derechos Humanos y por la grave situación económica, social y política en Venezuela. Pusieron que nosotros denunciábamos la situación de los Derechos Humanos en Venezuela, lo que cual no es cierto. Estamos preocupados también por los Derechos Humanos en Colombia, en Siria, en Armenia y varios países del mundo. Que no me cambien las frases, porque las palabras tienen un enorme valor organismos multilaterales”.
ACUERDO UNIÓN EUROPEA – MERCOSUR: “El acuerdo está cerrado. Todavía no ha terminado su etapa jurídica. En cuanto esto concluya va a pasar a redactarse, lo firmaremos y después vendrá una etapa muy política que va a ser la de los parlamentos en Europa y en los de los cuatro países que integran el Mercosur. Eso va a generar una discusión muy amplia, con una particularidad. La discusión puede ser muy larga o muy diversa pero lo que no puede es adentrarse en cambios de lo acordado. Se aprueba o se desaprueba, no se le puede hacer cambios. Así está firmado por el gobierno anterior. El Estado sigue siendo el mismo y por eso lo tenemos que aceptar, porque hay una continuidad jurídica. Incluso cuando nosotros nos opusimos en ese momento a que se firmara porque no había sido consultado ninguno de los sectores y no había ningún estimación de impacto. Se firmó como una decisión entre negociadores. El acuerdo tiene más puntos débiles que fuertes para la Argentina porque en primer lugar la apertura europea a productos agroindustriales argentinos es muy magra. En el año 1993 personalmente me tocó firmar por Argentina el GATT que se transformó después en la Organización Mundial de Comercio. Allí se garantizaba un acceso mínimo por producto, que en el caso de los agroalimentarios era del 55% del total del consumo europeo. Europa creció más en número de habitantes y en consumo, y nosotros adicionando lo que nos promete el acuerdo UE – Mercosur a lo que ya exportamos no vamos a llegar ni por asomo al 5%. Entonces en 25 años hemos retrocedido en cuanto al ingreso de productos alimentarios. No podemos salir a festejar. Sin embargo, presenta un desafío. Como da plazos importantes para que la industria se acomode tecnológicamente a la posibilidad de competir directamente con productos europeos industriales, Argentina tiene que pensarse asimismo como un país que tiene que apostar más al cambio tecnológico. Principalmente orientado a su propia investigación, pero también al cambio tecnológico internacional y no pensarse estáticamente como lo es ahora. Hay que pensar el futuro con varios rubros de la industria más competitivos. El acuerdo es un desafío en ese sentido”.