El canciller Felipe Solá celebró el triunfo de Luis Arce en las elecciones de Bolivia del día de ayer, realizadas a casi un año del golpe de Estado que desplazó a Evo Morales del poder. "Tenemos alegría porque Evo Morales pudo haber sido asesinado si Alberto Fernández y López Obrador no hubieran intervenido”, dijo el ministro.
En declaraciones a Radio 10 realizadas el 19 de octubre, Solá recordó que el ex presidente y su vice “estaban amenazados de muerte e incluso se llegó a rodear el aeropuerto de Cochabamba cuando Evo Morales y Álvaro García Linera ya estaban arriba del avión mexicano”.
El canciller recordó que tras la consumación del golpe de Estado en Bolivia, en 2019, “el gobierno de Macri reconoció a las autoridades ilegítimas. Nosotros en cambio dejamos de reconocer a Jeanine Áñez en cuanto subimos al Gobierno". Y agregó: "No podíamos reconocer a ese gobierno de facto, que predica el odio racista. No podíamos reconocer un gobierno que ejerció una violencia racista, tal como lo dice el informe último de la Alta Comisionada de la comisión de DDHH de la ONU, Michelle Bachelet de agosto último, que denunciaba las matanzas de Sacaba y Senkata, torturas, detenciones, persecuciones y un lenguaje incendiario y racista de Áñez para abajo. Nosotros levantamos ese informe diciendo que Argentina tenía razón en aquel primer momento cuando el Gobierno registró que había violencia y se había producido un golpe de Estado".
Señaló el ministro de Relaciones Exteriores que "Áñez hace un mes tomó el tiempo de su discurso en la Asamblea General de Naciones Unidas para decir que había injerencia argentina, entre otras razones por el odio de que Morales viviera acá”.
Luego, en declaraciones a IP Noticias, sostuvo que los resultados obtenidos por Luis Arce en las elecciones presidenciales de Bolivia demostraron “una victoria contundente, y así se termina con las aventuras y las conspiraciones en general”. Indicó que el candidato del Movimiento al Socialismo “ha mostrado en la campaña una especial tranquilidad y prudencia y la sigue exhibiendo en estas horas”.
“Impresiona que el MAS haya tenido esa capacidad organizativa, en condiciones difíciles y en algunos casos hostiles, sin su líder Evo Morales en el país, y tampoco con un hombre importante como Álvaro García Linera, aunque sí con candidatos y figuras de peso como Luis Arce y David Choquehuanca”, aseguró.
Solá dijo que tras conocerse los primeros datos del escrutinio “la impresión que tengo es que las diferencias son mayores a la que esperábamos”.
El canciller también se refirió a la “inutilidad de una campaña de agresión fuertísima contra Evo Morales, y las prohibiciones que mediaron hasta que apareció la figura de Luis Arce”. Opinó que ese tipo de campañas “a veces prende, así como sucede con las fake news”, pero que al final esa estrategia se reveló como “un error muy grueso del gobierno de facto que estaba a cargo de la administración”.
En relación al rol del secretario general de la OEA, Solá dijo que en las elecciones de 2019 Almagro “se dedicó a denunciar que había fraude, sin tener demasiado dato disponible. La palabra fraude inundó a Bolivia. Había un dato muy negativo: se había interrumpido un domingo a la noche la difusión de resultados, y se reinició con números ventajosos para Evo el lunes”. Según Solá, “era un dato negativo pero la verdad es que no daba para decir qué hay un fraude”, y sin embargo de inmediato “apareció la OEA consolidando la idea del fraude, que neutralizaba la idea del golpe”.
El ministro de Relaciones Exteriores descartó que la Argentina solicite ahora la renuncia de Luis Almagro al frente de la OEA. “Cuando uno representa a un gobierno y es ministro de Estado debe de pedir aquellas cosas que tienen algún viso de posibilidad. No es un tema de ganas ni de voluntarismo. Almagro ha tenido el apoyo de una gran cantidad de países para su reelección y eso no lo podemos ignorar. Le puede gustar o no a uno, pero Almagro tuvo ese respaldo y es por ello secretario general de la OEA”, aseguró.
Sobre la situación argentina dijo que “ahora la palabra clave es reconstrucción y la prioridad es dejar de caer. Ser muy realistas, no tan ideologistas en cuanto a nuestras obligaciones. Hacer política, no ideología, como nos enseñó Perón. Escuchar mucho a la gente que más necesita. Hay que acompañar al Presidente para alcanzar consensos, hay que pensar en la economía, que va más allá del presupuesto”, concluyó Solá.