Fue elaborada por científicos de ambos países, busca proteger la biodiversidad y al mismo tiempo promueve un uso responsable de los recursos en un ecosistema único en el planeta.
Desde el año 2002, la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA) trabaja en el desarrollo de un sistema de Áreas Marinas Protegidas (AMP) alrededor de la Antártida. El objetivo principal de este trabajo es la conservación de la biodiversidad, al tiempo que también contempla un uso racional y responsable de los recursos de la región, es decir que considera actividades como la pesca comercial.
Como parte de la cooperación binacional de larga data en la Antártida, la Argentina y Chile han trabajado en conjunto desde el año 2012 en el desarrollo de una propuesta de AMP en la región del oeste de la Península Antártica y el sur del Arco de Scotia. Esta propuesta, elaborada por científicos del Instituto Antártico Argentino (IAA) dependiente de la Cancillería y del Instituto Antártico Chileno (INACH), fue presentada a la CCRVMA de manera preliminar en 2017. Con ella se busca proteger zonas que son importantes para el desarrollo del ciclo de vida del zooplancton (como por ejemplo el kril antártico, componente clave del ecosistema), peces, aves y mamíferos marinos. Durante estos años se ha trabajado también con científicos de otras naciones interesadas y se ha realizado una valiosa tarea diplomática con la industria pesquera, con las ONGs y con los demás países miembros de la CCRVMA, para poder encontrar un modelo que contemple los intereses de todos, con una mirada abierta, transparente y participativa.
El año pasado, luego de numerosas consultas e intercambios con los diversos interesados, el modelo final de la propuesta fue presentado en la 38° Reunión de la CCRVMA, encontrándose aún pendiente de aprobación por la comunidad internacional.
¿Por qué es tan importante proteger esta región?
El oeste de la Península Antártica está registrando un aumento en la variabilidad ambiental producto del calentamiento global. Por ejemplo, durante el último verano (febrero 2020), en la Base Esperanza se registró una temperatura récord de 18,3°C. Un aumento en la frecuencia de este tipo de eventos pone en peligro la supervivencia a largo plazo de las especies que viven allí, ya que están adaptadas a ambientes frios. En paralelo, es probable que vaya aumentando el límite de captura de kril antártico, que es clave en el ecosistema: el 75% de todo el kril antártico se encuentra en la región de la Península. Si las poblaciones de kril se reducen, esto impactará gravemente en sus predadores como pingüinos, algunas especies de focas y las ballenas.
Por eso, la Argentina y Chile trabajan para impulsar la conservación de la biodiversidad y proponen esta AMP, que crea zonas donde la pesca esté prohibida con el propósito de reducir los factores de estrés y sus efectos combinados sobre las poblaciones de peces, aves y mamíferos que habitan la región aunque, al mismo tiempo, permite otras zonas abiertas a la pesca dentro del área.
Actualmente se continúan las actividades científicas, diplomáticas y de difusión para impulsar la aprobación del AMP durante la 39° Reunión de la CCRVMA, que se realizará -de manera virtual- a finales de octubre próximo.
Próximamente se hará la presentación de un largometraje sobre una expedición conjunta realizada a la Península Antártica por el IAA, el INACH y Nat Geo - Pristine Seas, en respaldo de la propuesta y para documentar el estado de este ecosistema único en el planeta.
Especificaciones básicas de la propuesta
El Área Marina Protegida propuesta para el oeste de la Península Antártica tiene un área de 670.000 Km. Comprende dos zonas:
Zona de Protección General (en azul), donde la pesca comercial de kril no está permitida. Protección de la biodiversidad de manera estricta.
Zona de Pesquería de kril (en naranja), donde la pesca comercial de kril está permitida. Contempla los intereses de distintos países.