Luego de las gestiones conjuntas llevadas a cabo por la Cancillería, el Ministerio de Agroindustria y el SENASA, el organismo técnico encargado de las cuestiones sanitarias de la República Popular China (NHFPC, por su sigla en inglés) aprobó una enmienda a su normativa de aditivos alimentarios que permitirá superar los obstáculos que, desde 2014, venía sufriendo la exportación de langostinos, calamares y carne de cangrejo de origen argentino.
La medida extiende la autorización para el uso de ocho aditivos, incluyendo al metasulfito de sodio, en productos de la pesca sean éstos frescos o congelados. Antes de la mencionada modificación, la norma sobre conservantes alimentarios generaba gran incertidumbre entre los exportadores nacionales por eventuales rechazos en frontera. Cabe aclarar que la utilización de sulfitos en langostinos y camarones es necesaria para evitar su ennegrecimiento y que no existe en el mercado un aditivo alternativo.
Al respecto, la secretaria de Relaciones Económicas Internacionales, embajadora María Cristina Boldorini, manifestó que “la decisión del gobierno chino da respuesta a la solicitud de urgente solución que, a pedido del sector pesquero, formuláramos durante la XX Reunión de la Comixta Bilateral, celebrada en Pekín el pasado 11 y 12 de julio”.
En 2015, el mercado chino demandó langostinos por un valor total de 440 millones de dólares, de los cuales 137 millones fueron cubiertos por productos de origen argentino.
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