Funcionarios de la Cancillería argentina visitaron hoy a la familia Walker, oriunda de la cordobesa ciudad de Unquillo, que continúa detenida, junto a otros argentinos, en dependencias de la Policía Migratoria de Estados Unidos el estado de Texas, para brindarles toda la asistencia necesaria y ultimar en contacto con las autoridades migratorias estadounidenses todos los trámites requeridos para que su regreso a nuestro país se produzca en el plazo más breve posible.
La funcionaria Valeria González Posse, del Consulado argentino en Houston, viajó seis horas en auto para llegar este medio día mañana a Pearsall, Texas, donde se encuentra alojado el grupo de argentinos, con quienes mantuvo una reunión de más de dos horas para interiorizarse acerca de sus condiciones de detención. Allí respondió a las inquietudes de la familia Walker y de los demás compatriotas, reunió la información necesaria y firmó la autorización para que se produzca su pronto regreso a nuestro país
González Posse intercedió además ante las autoridades de la dependencia de la Policía Migratoria para que el grupo familiar se mantuviera en las mismas habitaciones y no fueran separados, les entregó algunos objetos de uso personal que fueron requeridos por ellos y les volvió a ofrecer tarjetas telefónicas para que puedan seguir manteniendo un contacto fluido con sus familiares y amigos aquí en la Argentina.
Al finalizar el encuentro, la familia Walker agradeció las gestiones realizadas por los funcionarios de la Cancillería, quienes se dirigieron luego a la ciudad de San Antonio donde se entrevistaron en la tarde de hoy con autoridades del Departamento Federal de Seguridad Interna en el Estado de Texas para terminar con los últimos trámites tendientes a lograr la vuelta de los connacionales a nuestro país.
Los cuatros miembros de la familia Walker (padre, madre y tres hijos, todos mayores de edad), ingresaron a Estados Unidos en el 2001 bajo el programa de exención de visados entonces vigente. Luego decidieron prolongar su estancia, contraviniendo la ley migratoria estadounidense y radicándose en el estado de Florida.
Concientes de la precaria situación en la que se hallaban, contrataron los
servicios de un abogado que los representó sin éxito en una petición de residencia. Fracasado ese intento, articularon una petición de refugio/ asilo que también fue definitivamente rechazada por la justicia estadounidense en agosto del 2005.
El pasado 22 de septiembre fueron aprehendidos y derivados al Servicio de Naturalización e Inmigración para su expulsión del país con destino a la República Argentina.
Fueron alojados en dependencias de la Policía Migratoria, en un régimen de detención que es más favorable que el de encausados y condenados. Se encuentran en un mismo establecimiento, el padre y uno de los hijos comparten habitación; la madre y los otros dos también se alojan conjuntamente.
El 23 de septiembre el Consulado argentino en Miami fue informado de la situación por la novia de uno de los hijos, que también había sido detenida pero que se encontraba beneficiada con libertad bajo caución a consecuencia de su estado de gravidez. Inmediatamente, el cónsul actuante pudo confirmar la situación descripta y la jurisdicción ejercida por las autoridades de inmigración estadounidense. Inicialmente, la familia en cuestión fue alojada en Pompano Beach, jurisdicción de Florida. El 11 de octubre se conoció de su traslado al centro de detención migratorio del sur de Texas en Pearsall, en razón de haberse completado al superarse la capacidad del de Florida.
Avisado de este desarrollo, el consulado en Miami advirtió al consulado en Houston, que ha mantenido desde entonces contacto con la familia.
Se destaca que se encuentran en buena salud, en comunicación entre sí y con familiares y amigos del exterior del establecimiento. Las autoridades estadounidenses han informado que concretarán la expulsión tan pronto como lo permitan las disponibilidades de plaza en líneas aéreas y se completen las formalidades ordenadas por las leyes locales.