El presidente Néstor Kirchner condena la ejecución del ex presidente de Irak Saddam Hussein, conforme con la posición del gobierno argentino contrario a la pena capital la cual se enmarca dentro de la activa defensa y promoción de los derechos humanos que lleva adelante nuestro país. Esta misma política sobre derechos humanos llevó a condenar los crímenes perpetrados durante el gobierno de Saddam Hussein.
El gobierno argentino estima que la ejecución del ex presidente Hussein no contribuirá al proceso de pacificación de ese país ni ayudará a promover la reconciliación entre las distintas comunidades que conforman la sociedad iraquí.
El gobierno de la República Argentina hace votos para que el diálogo entre los sectores iraquíes logre la convivencia comunitaria pacífica y preserve la integridad y el pleno ejercicio de la soberanía nacional.