“Estamos consolidando la continuidad y la profundización de una presencia argentina en la Antártida que es histórica y que avanza en una mayor presencia científica, una mayor preocupación por el medio ambiente, un turismo sustentable en el continente blanco que cumpla con estándares ambientales y de seguridad, y la cooperación internacional” afirmó el canciller Jorge Taiana este mediodía al presidir, junto a la ministra de Defensa, Nilda Garré en el Salón Auditorio Manuel Belgrano de la Cancillería, la conmemoración del Día de la Antártida Argentina
Entre sus anuncios, el canciller Taiana subrayó: “Estamos terminando la reconstrucción completa de la base Jubany, nuevo laboratorio y casa, de la que sentimos como la más austral de las oficinas de la Cancillería, y que es la base científica más importante del Instituto Antártico, que a su vez depende de nuestro Ministerio”. A la vez, Taiana remarcó el trabajo conjunto de Defensa y Cancillería para los objetivos de la campaña nacional antártica 2008/2009.
Además, el canciller Taiana recordó que a fines del año pasado “se modernizó todo el sistema de comunicaciones de las bases argentinas. Se instalaron antenas y teléfonos satelitales, banda ancha y línea telefónica gratuita, con lo que se acortan las distancias para quienes trabajan allí y sus seres queridos -recordemos los más de 5000 kilómetros que separan nuestra Base Belgrano de la ciudad de Buenos Aires-. Antes eran llamadas aislados y onerosas, hoy son cada vez más habituales”.
Ante un importante auditorio de autoridades nacionales, embajadores, funcionarios de ambos ministerios y personalidades del sector, entre ellas el General (R) Jorge Leal -primer argentino en llegar al Polo Sur por vía terrestre, en 1965- Taiana aseguró que “los 105 años de presencia permanente e ininterrumpida de nuestro país en la Antártida implican una política de Estado que nuestro Gobierno está consolidando. “La Argentina es el país que tienen más bases permanentes, temporarias y refugios. Nuestra bandera fue la primera que flameó en el continente blanco” recordó.
El jefe de la diplomacia argentina explicó que la planta de trabajadores se amplió “en 70 cargos para realizar tareas en la Antártida, entre científicos, técnicos y personal no jerárquico, en su mayoría jóvenes. “Creo que hoy -prosiguió- los jóvenes valoran más la Antártida, que parece lejana pero no lo es tanto por lo querida que nos resulta a todos, y sobre la que Argentina reclama soberanía”.
“Este verano ha sido muy activo también la recolección de datos para la plataforma continental argentina, tarea que realizó exitosamente el buque ARA Puerto Deseado. Por otra parte, hay que tener una mayor presencia científica porque el cambio climático está afectando también a la Antártida y tenemos que buscar la mejor información científica para mitigar los efectos que pueda haber. Y hay que establecer estándares en el marco del Tratado Antártico para controlar al turismo en la zona, que no dañe el ecosistema y se garantice la seguridad y la experiencia para los que naveguen por esas aguas tan difíciles” agregó.
Sobre el final, Taiana anunció que entre 2010 y 2011 se desarrollarán en la Argentina las reuniones internacional más importantes en el tema Antártida donde se decidirá la política internacional para la región”, con la participación de más de mil especialistas de todos los continentes.
• LA PRESENCIA ARGENTINA EN LA ANTÁRTIDA Y SUS LOGROS CIENTÍFICOS
Un 22 de febrero de 1904 se izó el pabellón nacional en la primera base antártica permanente del mundo, en las Islas Orcadas del Sur, donde la Argentina instaló un Observatorio Meteorológico y Magnético junto con la primera Oficina de Correos de la Antártida. Ello contribuyó a consolidar una presencia que la Argentina ya tenía en las regiones antárticas desde la época de los loberos criollos, hacia 1817.
Entre los logros científicos obtenidos en las bases de nuestro país se destaca el proyecto Genoma Blanco, llevado a cabo en cooperación entre el Instituto Antártico Argentino y el laboratorio Biosidus. Esta campaña nacional antártica 2008/2009 impulsó 33 proyectos científicos en la Antártida, 7 de ellos dirigidos por especialistas argentinos.
El Tratado Antártico, concluído en 1959, ha evolucionado en la regulación de casi todas las actividades susceptibles de ser llevadas a cabo en el continente blanco. Fue concebido para evitar escenarios competitivos en torno a los recursos de la Antártida, y, para ello, se ha erigido a la cooperación internacional de las 46 partes consultivas y adherentes como elemento central de la actividad y las políticas antárticas.