Información para la prensa nro. 13/2003
Escepticismo de la
Cancillería sobre propuesta agrícola europea
El gobierno argentino da la bienvenida
a la propuesta de liberalización del comercio agrícola
recientemente aprobada por el Consejo de Ministros de la Unión
Europea (UE). La presentación de una propuesta concreta por parte
de uno de los principales actores de la negociación será
funcional al objetivo de avanzar en las negociaciones agrícolas
que tienen lugar en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El 31 de marzo próximo, conforme
lo fijado por el Programa de Trabajo de la Ronda de Doha, deberán
estar acordadas las modalidades que guiarán, a partir del año
2006, los compromisos de los miembros en materia de liberalización
del comercio agrícola mundial. Los objetivos fijados para lograrlo
constan en el mandato de la Declaración Ministerial de Doha.
La República Argentina reconoce
los esfuerzos realizados por la Unión Europea para alcanzar el
consenso entre los Estados Miembros. Sin embargo, ve con cierta preocupación
el tenor de dicha propuesta, por dos motivos fundamentales:
Primero, preocupa la escasa ambición
de los compromisos propuestos. En caso de que llegara a acordarse en
la OMC una propuesta de ambición comparable a la planteada por
la UE, el impacto de la "Ronda Doha" para los países
en desarrollo -en términos de mayores oportunidades de acceso
para sus productos a los mercados de los países desarrollados
y de reducción de la competencia desleal que implican las exportaciones
subsidiadas en terceros mercados- sería mínimo.
El mandato de Doha expresa claramente
la obligación de eliminar los subsidios a la exportación.
La propuesta de la Unión Europea sólo propone reducir
el tope máximo consolidado en un 45% sin contemplar su remoción.
En relación con los subsidios
a la producción, la propuesta de la Unión Europea contempla
solamente la reducción de los subsidios altamente distorsivos
del comercio (caja ámbar), pero deja en pie otros subsidios desconectados
de la producción.
Por último, plantea un esquema
de reducción de aranceles similar al acordado en la Ronda Uruguay
que, por tratarse de una reducción porcentual lineal, no resuelve
el problema de los picos arancelarios y el escalonamiento arancelario,
como tampoco expande los contingentes arancelarios.
Segundo, ha llamado la atención
de la Argentina el hecho que se hayan incluido en la propuesta temas
que están claramente fuera del mandato negociador. Por ejemplo,
el etiquetado obligatorio, para lo cual se propone modificar el Acuerdo
sobre Obstáculos Técnicos al Comercio, de manera de poder
aplicar normas de etiquetado obligatorio en forma arbitraria.
Otra cuestión que preocupa
es que, bajo el objetivo de la inocuidad alimentaria, se puedan aplicar
medidas sanitarias y fitosanitarias sin suficiente rigor científico.
La propuesta incluye la introducción
de protección exclusiva a una serie de indicaciones geográficas
de productos agrícolas (incluyendo algunos vinos y bebidas espirituosas)
con el objetivo de asegurar un acceso exclusivo al mercado de terceros
países con un mayor nivel de protección del que actualmente
dispone el Acuerdo sobre Propiedad Intelectual de la OMC.
Finalmente, la República
Argentina reconoce la complejidad política de la cuestión
agrícola para la Unión Europea y ofrece como históricamente
lo viene haciendo en el GATT y en la OMC su cooperación y esfuerzos
para que, entre todos los miembros del sistema pueda avanzarse hacia
la plena inclusión del comercio agrícola bajo reglas comerciales
estables, predecibles, equilibradas y que aseguren un genuino acceso
a los mercados.
30
de enero de 2003