Agradezco al Ministerio de Economía y Producción y, en particular, a mi colega Felisa Miceli, la invitación para abrir este Seminario dedicado a examinar temas relacionados con la inserción de la Argentina en los mercados mundiales. Destaco el hecho de que compartimos ambos Ministerios las responsabilidades en lo que hace a las políticas, la negociación y la promoción comercial.
Destaco también el formato de esta convocatoria: un momento de reflexión en el que funcionarios que se ocupan día a día del relacionamiento externo, se reúnen, con investigadores y académicos, y abren una pausa en aquella tarea cotidiana, para discutir sobre el curso, los resultados y los desafíos que plantea el comercio exterior.
Debo confesar que en una primera versión del programa que recibimos con la invitación a abrir este Seminario, el título elegido nos pareció interesante. Se intitulaba entonces “Consistencia externa y exportaciones de la Argentina”, y nos pareció interesante porque planteaba de inmediato una pregunta: ¿consistencia con respecto a qué?
Al pensar sobre esa pregunta, recordamos que no hace tantos años el concepto de “consistencia externa” fue desplazado por una apología acrítica a la llamada “apertura de la economía”, reducida al cálculo de un coeficiente entre los flujos del comercio y el Producto Interno Bruto.
Sin conocer las motivaciones que llevaron a sugerir aquel primer título, me atrevo a afirmar que la respuesta a la pregunta sobre la consistencia externa nos conduciría a la temática del desarrollo e integración de la economía de nuestro país, la de generación de puestos de trabajo de calidad para nuestros conciudadanos y la de asegurar un porvenir que convoque a la juventud para ratificar a esta tierra como el lugar donde realizar sus sueños y programar un futuro.
Creo que nos encontramos en la buena senda. De hecho, la Argentina por primera vez en muchas décadas se encuentra en una situación óptima para aprovechar las oportunidades que brindan hoy los mercados mundiales. Hemos avanzado al punto que nos encontramos próximos a lograr una duplicación de nuestras ventas externas en lo que va de la gestión del Presidente Kirchner.
Pero quiero destacar que ese logro no se limita a la cantidad de nuestras exportaciones sino a la calidad de las mismas en la medida en que hemos conseguido incluir en el proceso exportador, no solamente a los sectores de mayor valor agregado de nuestra economía, sino también a los grandes generadores de empleo, es decir las pymes, y ello en el marco de lo que denominamos la Federalización del Comercio Exterior, que implica sumar decididamente a las provincias argentinas al esfuerzo exportador. Por último, cabría agregar que todo este proceso se da en el contexto de una sinergia entre el sector público y el sector privado mayormente representado en las organizaciones camerales a lo largo y a lo ancho del país.
Considero entonces que la temática aludida al principio nos resulta particularmente oportuna ya que entre los objetivos estratégicos del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto está la profundización de la inserción comercial de nuestro país en el mundo, capitalizando los resultados de las negociaciones comerciales y como dije antes, promoviendo la exportación de bienes y servicios de alto valor agregado, favoreciendo especialmente esa incorporación de nuevas empresas a la exportación de los mismos.
Específicamente, actuamos en dos frentes en forma paralela:
1. por un lado, buscando la apertura de mercados mediante negociaciones que mejoran las condiciones de acceso, en los planos multilateral, regional y bilateral. Ello incluye también la defensa de los intereses comerciales a través de los instrumentos de defensa comercial que permite la OMC y un uso preciso de su mecanismo de solución de diferencias.
2. por otro lado, mediante el apoyo a nuestros exportadores con diversas actividades de promoción de exportaciones y de desarrollo de mercados, tareas que llevan a cabo de manera cotidiana las autoridades en el país como también todas las representaciones argentinas en el exterior.
Teniendo en cuenta el papel del Ministerio a mi cargo y las características de este Seminario, resulta oportuno aprovechar esta sesión de apertura para destacar la importancia que tienen por igual las tareas de investigación que se realizan en el ámbito público como sustento para la consecución de esos objetivos, y las acciones concretas y cotidianas que tienen lugar en el ámbito de la promoción comercial.
En lo relativo a estas últimas, las cifras evidencian el impulso que han cobrado el sector externo. Las exportaciones argentinas, con un crecimiento de 15%, alcanzarán un nivel récord en el año 2006, superando en 80% el valor exportado en el año 2002. Las ultimas previsiones indican que hacia fines de este año se superarán los 45.000 millones de dólares.
Durante este año el crecimiento de las ventas se vió reflejado en el comportamiento de todos los rubros de exportación. Se destaca el dinamismo de las ventas externas de manufacturas tanto agropecuarias como industriales, en particular la incidencia del aumento de las cantidades exportadas, superior al promedio de las exportaciones totales. Además, las ventas externas de manufacturas también evidencian una clara diversificación en cuanto a destinos.
La Cancillería cuenta con un organismo específico para el diseño de estrategias y la instrumentación de las diferentes acciones conexas. Se trata de la Subsecretaria de Comercio Internacional apoyada por la Fundación Exportar y el Programa de Desarrollo de Comercio Exterior. En ese ámbito se desarrollan tareas de análisis conducentes a una mejor comprensión del funcionamiento de los mercados internacionales y de las oportunidades que surgen en los mismos, y por otra parte como consecuencia de esas tareas de inteligencia comercial, la ejecución de iniciativas concretas, a nivel internacional, con la apoyatura de nuestras 120 representaciones diplomáticas en el exterior. Las acciones de promoción aludidas abarcan toda clase de manifestaciones, que van desde la organización de ferias y exposiciones hasta la realización de misiones sectoriales y multisectoriales a los diversos mercados del mundo, ello conjuntamente a una amplia gama de encuentros de negocios que relacionan a nuestros operadores con los grandes centros de consumo mundiales.
Estamos hablando para el año 2006 de más de 200 acciones específicas y puedo anunciar que el Programa Integrado de Promoción Comercial y Desarrollo de Mercados Externos para 2007 contempla una duplicación de las mismas puesto que serán incluidas más de 400 nuevas acciones de distinta índole.
Finalmente, y en relación a las citadas tareas de análisis e investigación podemos destacar las actividades que realiza el Centro de Economía Internacional (CEI), el cual está estrechamente vinculado a la estructura funcional de la Cancillería, en particular a las áreas de negociaciones multilaterales y bilaterales, así como de integración, a las cuales provee un aporte técnico de gran significación para su cometido.
El cambiante contexto de la economía mundial en el que se diseña y ejecuta la política comercial externa fundamenta la necesidad de contar con un organismo dedicado al análisis e investigación de esa dinámica, de sus implicancias para la Argentina y de los posibles impactos de distintas opciones de política.
La información, resultados y recomendaciones de los estudios consiguientes suministra a las autoridades políticas y a los funcionarios material sustantivo para el diseño y la toma de decisiones en materia de política económica y comercial externa.
Dentro de las competencias a que he hecho mención, es importante que organismos de tal naturaleza tengan la independencia de análisis que permita servir con objetividad a la toma de decisiones tanto a nivel político como técnico. Asimismo que tengan una conexión permanente con las áreas funcionales.
Así, ante las demandas de los negociadores de la Cancillería el CEI no sólo elabora índices de ventajas comparativas reveladas en relación con actividades de promoción comercial, sino también realiza estudios en relación con negociaciones comerciales específicas, y prepara análisis de la relación comercial bilateral en ocasión de misiones al exterior de nuestros funcionarios, visitas de representantes de otros países o reunión de Comisiones Mixtas.
Valga lo dicho para mostrar la importancia de la simbiosis que debe existir entre la gestión de la política comercial externa en materia de negociaciones y promoción comercial, y la necesaria reflexión que conduce al diseño de las agendas sobre temas fundamentales que hoy nos convocan en el ámbito público. Valga también para mostrar la importancia de la coordinación e intercambio de experiencias entre los Ministerios y organismos que trabajamos en esta área. Efectivamente, la acción a través de un trabajo coordinado y en colaboración, aumenta la eficiencia y potencia la calidad de nuestra labor para realizar los objetivos de una inserción externa que favorezca a la gran mayoría de nuestros conciudadanos.
Muchas gracias.
