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Rafael Antonio Bielsa

Viernes 3 Diciembre 2004
Discurso del Sr. Canciller Rafael Antonio Bielsa
10° Cumbre de Mercociudades
"La distribución del ingreso en América Latina: ciudades en el camino de la equidad" Mesa de reflexión: el Mercosur y las ciudades en la integración

Señoras y señores
Estimados amigos

Además de agradecer su gentil invitación para que exponga algunas reflexiones sobre el Mercosur y las ciudades en la integración, quiero destacar su gran sentido de la responsabilidad por haber elegido como tema de esta Cumbre el de la distribución del ingreso en América Latina. Creo que coincidimos en que resolver la situación de la grave inequidad que padecen nuestros ciudadanos, además de ser un imperativo ético, es la clave del éxito de nuestro proceso de integración regional.

No tenemos tiempo que perder. Las perspectivas de buen crecimiento económico de la región producirán una baja (no la necesaria), pero una baja al fin, en los niveles de pobreza. Pero los estudios prospectivos auguran una profundización de la inequidad si no se introducen mecanismos activos de redistribución de los ingresos.

Si no aprovechamos esta advertencia, pondremos en peligro los valores con los que la región ha iniciado el siglo XXI: paz, democracia e integración. Tal es la gravedad del tema que nos convoca.

Sabemos también que la gobernabilidad de nuestras democracias dependerá, en gran medida, de la eficacia con que logremos encarar el desafío de reducir los elevados niveles de desigualdad social originados por el desempleo y la precariedad laboral que vulneran las condiciones de vida de sectores importantes de nuestras sociedades. Si bien estos padecimientos se sufren desde mucho tiempo atrás en nuestras zonas rurales, las ciudades son como lupas que muestran sin tapujos estas miserias.

Esta problemática es una de las mayores preocupaciones de nuestro gobierno. Por ello -conforme lo propuesto oportunamente por la Argentina- en la próxima Cumbre de las Américas que se realizará en Mar del Plata en noviembre de 2005, se abordará especialmente la cuestión de la generación de empleo para enfrentar la pobreza y fortalecer la gobernabilidad democrática.

Ustedes conocen, y seguramente habrán debatido en esta reunión, los informes y diagnósticos que últimamente el PNUD y otras prestigiosas instancias de investigación, han dedicado a las cuestiones de la desigualdad y de la pobreza en América Latina.

Esta semana la CEPAL, en su informe sobre el Panorama Social de América Latina 2004, ha confirmado que "la región tiene la distribución del ingreso menos equitativa del planeta, con niveles altos y crecientes de desigualdad".

Y es en las ciudades donde la abstracción conceptual de los técnicos y estudiosos se vuelve vivencia. Es aquí donde la enfermedad, la ignorancia y el hambre se padecen, y donde el hospital, la escuela y el trabajo los contrarrestan con su presencia concreta. Es en los centros urbanos donde se produce la distribución del ingreso y donde es posible el ascenso social.

Lo mismo sucede con la integración, que deja de ser una fórmula superestructural por la que discurren flujos virtuales para ser una experiencia viva en las ciudades.

Y si nuestras ciudades latinoamericanas fueron generosas y permeables -algunas durante siglos- con el otro distinto; ¿quiénes mejor que ellas para vivir la integración como destino, con el otro hermano?

Señoras, señores:

Los procesos de integración regional -el Mercosur para nosotros por ser uno de los ejes de nuestra política exterior- cobran sentido en tanto son promotores de cohesión social y logran revertir las situaciones de inequidad entre sus ciudadanos.

Cuando decimos que el fortalecimiento del Mercosur es una tarea ineludible para insertarnos ventajosamente en el mundo global y para ensanchar nuestros espacios comerciales, aludimos a objetivos vitales en la búsqueda de la justicia social y el crecimiento que nos permitan alcanzar resultados que satisfagan las expectativas del conjunto. Pues se trata de aumentar la producción, la inversión y la creación de riqueza, para luego distribuir mejor esa riqueza que se crea.

Tener una voz común en los foros y organismos internacionales es un recurso de poder que nos permite aumentar nuestras capacidades de negociación y acción. Pero, a la vez, necesitamos que internamente el espacio político del Mercosur sea representativo de sus ciudadanos; que se constituya en un espacio catalizador de valores y tradiciones con miras a un futuro compartido. Creo que es importante señalarlo a la hora de construir las instituciones y regulaciones funcionales a tales objetivos.

Aspiramos a conformar un espacio económico, político y cultural unificado que -al generar un renovado sentido de pertenencia- nos permita crecer como sociedades integradas y modernas. El Mercosur adquiere su valor sociocultural cuando sus efectos se hacen sentir en la vida cotidiana de los ciudadanos, y el concepto de ciudadanía -como todos aquí sabemos- se basa en la igualdad de derechos.

Consideramos que en esta construcción permanente y cotidiana del Mercosur, así como en la política exterior en su conjunto, la sociedad civil tiene un rol sustantivo que desempeñar.

En tal sentido hemos creado, en el ámbito de la Cancillería, el Consejo Consultivo de la Sociedad Civil. Espacio de diálogo, formación y organización de sectores empresarios, sindicales, académicos y de organismos no gubernamentales en general, que viene funcionando de modo sistemático promoviendo iniciativas múltiples. Actualmente el Consejo nuclea a 400 organizaciones sociales.

Una de las comisiones de trabajo que se han conformado en este ámbito, es la referida a las regiones y ciudades, la que está impulsando acciones vinculadas con la Red de Mercociudades.

Precisamente hoy por la mañana se ha firmado, en el marco de esta Cumbre, un convenio de colaboración entre la red de Mercociudades y el Consejo Consultivo de la Sociedad Civil de la Cancillería argentina, para el que comprometemos nuestro decidido compromiso.

Este convenio prevé entre otros puntos:

La participación de las ciudades en las actividades del Consejo;
La ejecución de programas de formación para funcionarios municipales en temáticas de integración regional; y
Un mayor impulso a la difusión del Mercosur en el espacio ciudadano.

Estimados amigos:

Las ciudades son cosmopolitas por naturaleza y, por tanto, propensas a la integración. Quien llevaba al burgués en su apellido -nuestro amado Borges- lo planteó así: "Ser cosmopolita no significa ser indiferente a un país y ser sensible a otros. Significa la generosa ambición de ser sensibles a todos los países y todas las épocas, el deseo de eternidad, el deseo de haber sido muchos..."

Muchas gracias.