Sr. Embajador, señoras, señores:
La italianidad, como la latinidad, es un componente original y distintivo del patrimonio cultural de la humanidad, y ejerce una importante proyección en el mundo de interconexión global.
Es tambien el cemento esencial del vinculo entre la Argentina e Italia.
Entre 1871 y 1930, los italianos representaron en promedio el 43,6% de la población extranjera en la Argentina. En ningún otro país del mundo hombres y mujeres de esa nacionalidad tuvieron una incidencia tan masiva en el proceso de modernización socio-económica y en la construcción de la cultura y la identidad nacional. Su impronta en la Argentina es omnipresente, y a la vez casi inasible.
En su viaje a Italia en 1960, Arturo Frondizi -el primer presidente argentino hijo de inmigrantes italianos- destacó este fenómeno diciendo: "la sangre italiana es parte de nuestra sangre, de tal modo que italianos y argentinos somos hermanos por razón natural".
Era justo proclamar que lo que más unía a ambos países era esa historia privada de cientos de miles de italianos que buscaron un futuro mejor en estas tierras casi vírgenes, donde todo estaba por hacerse, y en las que la creatividad y el esfuerzo de esos inmigrantes lideró la construcción de un nuevo país, heredero de las mejores tradiciones de la civilización europea.
El proceso de integración de la inmigración peninsular fue de tal envergadura que los italianos en la Argentina reivindican con orgullo la pertenencia a dos patrias, Italia y la Argentina. Por ello se suscribió, en octubre de 1971, el convenio de nacionalidad bilateral, que permitió el mantenimiento de la nacionalidad de origen, estableciendo, a la vez, reglas para el ejercicio de los derechos políticos, y para el otorgamiento de documentos.
El paso del tiempo y la globalización han hecho necesario modificar las cláusulas originales del acuerdo.
Los argentinos residentes en Italia podrán de ahora en mas, obtener documentación argentina.
Pero lo que constituirá un hito será la participación de los italianos residentes en la Argentina en las instituciones de la madre patria, tras su alta afluencia para votar en los referenda celebrados en los últimos años.
Podrán elegir a sus representantes de la circunscripción exterior en el parlamento italiano, ya en 2006. La situación de muchos de ellos encuentra su cauce legal mediante este protocolo, que regula asimismo el ejercicio de cargos públicos en ambos países.
Creemos que la influencia que los parlamentarios de doble nacionalidad podrán ejercer para fortalecer las relaciones bilaterales será un fenómeno positivo, que podría adquirir crucial importancia en el futuro.
Sepa usted que la Argentina ve con beneplácito la conformación de este nuevo espacio político.
Sr. Embajador:
Le agradecemos su paciente trabajo, y su inmejorable colaboración con esta Cancilleria, que han hecho posible hoy la suscripción de este protocolo que renueva los lazos entre nuestras naciones.
Muchas gracias.
