En los últimos dos años, la Argentina encaró la reconstrucción institucional, consolidando un programa económico caracterizado por la inclusión social, la solvencia fiscal, la prudencia monetaria y el desarrollo del comercio exterior.
De este modo, el país seguirá proyectándose al mundo sobre la base de su potencial productivo y vinculando de manera estrecha la necesaria eficiencia y competitividad con la indispensable equidad social, dos objetivos complementarios para una inserción sostenida de la Argentina en las corrientes mundiales de comercio e inversión.
Evolución reciente
Desde la última crisis, la situación del comercio argentino ha mejorado sensiblemente, destacándose el dinamismo de las ventas al exterior en un contexto de fuerte crecimiento de la economía.
Esto muestra que no hay contraposición entre el crecimiento del mercado interno y de las exportaciones. Pero una estrategia de inserción internacional no debe ser pensada sólo en función de las exportaciones: las importaciones, en particular de bienes de capital y nuevas tecnologías, juegan un papel clave en el proceso de inversión, favorecen la productividad local y acrecientan nuestra capacidad de mejorar y profundizar nuestra inserción internacional.
En otras palabras, exportar más bienes finales nos abre las puertas para poder importar más bienes de capital y así mejorar nuestros niveles de productividad y empleo y contribuir al objetivo de lograr un crecimiento sostenido de nuestra participación en la economía mundial.
La evolución reciente parece confirmar que el proceso de inserción de la economía argentina tiende a consolidarse:
A pesar de la sensible caída en los precios de las commodities agrícolas, en el primer trimestre del año las exportaciones continúan mostrando un fuerte dinamismo, con un crecimiento de 13% en relación al mismo período de 2004.
Tanto las ventas de manufacturas industriales como las exportaciones totales alcanzan niveles récord
El aumento de las ventas se encuentra explicado por un crecimiento de las exportaciones manufactureras.
Los productos más dinámicos son las manufacturas industriales, cuya tasa de crecimiento duplica al total de las exportaciones.
Se está produciendo un fuerte crecimiento de las exportaciones de manufacturas industriales al nafta y a la UE, mercados más competitivos que los destinos tradicionales para este tipo de productos.
Un creciente número de empresas participa del negocio exportador. El año pasado el número de pequeños y medianos exportadores se incrementó en un 16%. La participación de las pymes industriales en la dinámica exportadora tiene un vínculo estrecho con la generación de empleos.
El crecimiento de las importaciones, con una participación importante de los bienes de capital, es un reflejo del proceso de inversión y de aumento de la capacidad productiva de muchos sectores de la economía argentina.
Estos hechos muestran, sin duda, una evolución positiva, que redunda en innumerables beneficios para la argentina. Aún así, nuestro país presenta niveles de inserción internacional inferiores a países de desarrollo similar como pueden ser Chile, México, Malasia y Polonia.
Es por ello que el proceso de inserción internacional debe continuar profundizándose, con políticas activas destinadas a impulsar tanto la calidad como la participación de la sociedad argentina en dicho proceso, sobre todo de las pequeñas y medianas empresas. En este sentido, la participación de un creciente número de empresas en el negocio exportador es un factor fundamental para, al mismo tiempo, aumentar la eficiencia productiva y crear empleo. Para que siga creciendo el relacionamiento externo de la Argentina, el gobierno ha desarrollado una estrategia de doble vía:
Por un lado, negociaciones comerciales en distintos frentes regionales e internacionales; por el otro, una política de promoción comercial que permita aprovechar en todo su potencial los mercados ya abiertos y los que se vayan abriendo a través de las negociaciones.
Negociaciones comerciales
Una política comercial activa es un eje fundamental para perfeccionar un perfil exportador con valor agregado y generador de empleo. En este sentido, las negociaciones sirven como herramienta para abrir mercados, diversificar destinos y productos, vender bienes con mayor grado de elaboración y aumentar el número de empresas en el negocio exportador, para que los beneficios se derramen sobre una mayor porción de la sociedad. De este modo, se abren ventanas de oportunidades para que el sector privado acepte el desafío de aprovecharlas concretando negocios.
Además, dado que nuestro país no presenta una economía cerrada -sus aranceles no son demasiado elevados en promedio ni utiliza de manera intensiva restricciones no arancelarias-, y que el mundo es proteccionista en sectores como el agro, donde nuestra producción es muy competitiva, la Argentina puede ser, al menos en el plano multilateral, un ganador neto en cualquier negociación equilibrada.
En la estrategia de inserción internacional se destacan dos ámbitos de desarrollo de las negociaciones comerciales: el multilateral y el regional.
El multilateral se lleva a cabo, principalmente, en la organización mundial de comercio, donde se busca que los países desarrollados eliminen sus estructuras de protección al sector agrícola, una deuda de larga data desde la creación del GATT en 1947. La ronda Uruguay insertó al comercio agrícola dentro de las reglas multilaterales, brindando un marco institucional que no tenía hasta ese momento. Sin embargo, no fue suficiente para abrir de manera importante mercados para nuestras exportaciones. Por tanto, es en el ámbito multilateral donde es posible corregir esta asimetría en materia de ayudas, subsidios y protección de la agricultura y de los productos agrícolas procesados, que distorsionan tanto el comercio como la estructura de producción mundial.
Gracias a estas medidas, los productores agrícolas de la ue reciben un ingreso extra promedio de 60%, los de Estados Unidos de 22% y los de Japón de 130%. Estos números ayudan a entender la resistencia que tienen estos países para reducir de manera sustancial sus niveles de subsidios. Además, la modificación de estas medidas es importante para el aumento del bienestar mundial: un reciente estudio del banco mundial muestra que dos terceras partes de los beneficios de la liberalización comercial en bienes corresponde al sector agrícola; y que los granos, lácteos y carnes se encuentran entre los sectores con mayor potencial de crecimiento del comercio y de los precios a partir de una reforma del nivel de ayuda y protección.
Por estos motivos es que en la Ronda Doha la Argentina tiene una actitud ofensiva. Así, nuestro país es un activo partícipe de dos fuertes grupos negociadores de los que es co-fundador: el G-20 y el Grupo Cairns. Ambos, pero en particular el primero, han cambiado la geometría de las negociaciones agrícolas y han permitido que hoy los países en desarrollo cuenten con una alianza que puede hacer frente con solvencia a los intereses de las principales potencias comerciales.
En la actual negociación se trabaja para tener acordadas las modalidades de negociación en ocasión de la reunión ministerial de Hong Kong a fin de año, para así poder concluir la ronda el año que viene.
El otro plano negociador es el regional y bilateral. En primer lugar porque los acuerdos regionales han sido un instrumento poderoso para, a través de la ampliación del mercado interno, aumentar la proporción de exportaciones de bienes con mayor valor agregado, incrementado la productividad para luego participar con éxito en mercados más "exigentes".
Otra razón para tener un rol activo en este plano, es que en un mundo donde cada vez más países están recorriendo el camino del regionalismo, no participar de este proceso implica que el país quede marginado en el acceso a los principales mercados cada vez que celebren acuerdos comerciales con otros competidores. En este sentido, la Argentina negocia, como parte del Mercosur, diferentes acuerdos que presentan distinto grado de complejidad y de avance.
Por un lado se han concluido las negociaciones con la comunidad andina de naciones (CAN), lo cual significa un paso fundamental para la integración de las economías sudamericanas. La instrumentación de los compromisos asumidos y la posterior profundización de los acuerdos, potenciarán la dinámica en las exportaciones de manufacturas industriales. La desgravación que comenzó con Colombia, Ecuador y Venezuela dará mayor impulso al dinamismo exportador que se observa con estos países.
También han finalizado las negociaciones del Mercosur con la india y con la unión aduanera sudafricana (SACU), con quienes se han firmado, por el momento, sendos acuerdos de preferencias fijas, en los cuales se otorga acceso preferencial para una porción del universo arancelario. Aunque su cobertura es parcial, constituyen el primer paso hacia un proceso de mayor integración en el futuro.
Asimismo, como parte del Mercosur se mantienen dos negociaciones más complejas, como son con la unión europea y en el marco del ALCA. En el primer caso la oferta europea todavía es insuficiente para el Mercosur y se pretende una mejora sustancial.
En relación al ALCA, se aspira a obtener resultados equilibrados. Dada la dificultad que se ha tenido en el último año para avanzar en ese sentido, la Argentina -y el Mercosur- ha iniciado conversaciones tendientes a la negociación de acuerdos de libre comercio con Canadá, el sistema de integración centro americano (SICA), Caricom y México; en este último caso como parte del proceso de su asociación al Mercosur.
Además, cada una de las negociaciones mencionadas cuenta con el respaldo técnico que le brindan los estudios de impacto, para saber qué está en juego en cada mesa, y así conformar las ofertas y demandas sobre bases sólidas.
Promoción comercial
Por otra parte, el objetivo de las acciones de promoción comercial es que los productos argentinos mejoren su inserción en los mercados de exportación y que aprovechen de manera cabal las oportunidades que abren las diferentes negociaciones.
La cancillería desarrolla diversos programas para incrementar las ventas. Entre ellos, cabe destacar:
La organización de misiones comerciales de exportadores argentinos, la concurrencia a ferias y exposiciones en todo el mundo, la elaboración de agendas de negocios para empresarios argentinos en el exterior, la asistencia a misiones comerciales extranjeras compradoras, el fomento, apoyo y asistencia en la conformación de redes de negocios, el apoyo a los programas de promoción de exportaciones sectoriales y regionales, la organización de seminarios de difusión y capacitación para empresarios argentinos, la difusión de las oportunidades comerciales en el exterior, el apoyo a la participación de exportadores argentinos en ferias y exposiciones del exterior, y el desarrollo y gestión de un portal argentino de comercio exterior llamado "Argentina Trade Net".
Las representaciones argentinas en el exterior realizaron el último año alrededor de 1500 agendas de negocios para empresarios nacionales que realizaron viajes al exterior, además de brindar soporte logístico a 93 misiones comerciales oficiales, 150 delegaciones de entidades privadas y más de 160 ferias. A esto se suma la actividad de la Fundación Export.ar, que organizó más de 50 ferias, 15 misiones comerciales y 11 misiones inversas.
Estas actividades tuvieron como destino mercados de los 5 continentes, incluyendo países como Alemania, Argelia, Austria, Bélgica, Brasil, Canadá, Chile, China, Corea, Cuba, Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Francia, India, Italia, Japón, México, Panamá, Reino Unido, Rusia, Singapur Y Suiza; y abarcando una importante gama de sectores: equipamiento médico, diseño y decoración, alimentos y bebidas, minería, cueros, productos regionales, máquinas-herramientas, autopartes, libros, software, construcción, producción frutihortícola, tecnología de alimentos, equipamiento dental, laboratorios, moda, turismo receptivo, biotecnología animal y vegetal, entre otros.
La colaboración entre el sector público y el sector privado en el desarrollo de los mercados externos ha sido y seguirá siendo el eje central en la promoción de las exportaciones argentinas.
De ese modo se busca apoyar a distintos sectores industriales y de servicios para diversificar productos y mercados, aprovechar la amplia oferta competitiva de nuestro país, en algunos casos vinculada con los recursos naturales y en otros con la alta calidad del capital humano calificado, y favorecer la generación de empleo, para lo cual tiene carácter prioritario el objetivo de incorporar al comercio exterior a las economías regionales y a un número creciente de empresas, en especial pymes.
Conclusión
El éxito de una estrategia de inserción internacional como la que se está llevando a cabo, depende no sólo de la labor de los funcionarios públicos, pues no es el estado quien concreta los negocios. Nuestro papel es abrir mercados y apoyar a nuestros exportadores. Los negocios los realiza el sector privado, quien a diario recoge el guante y asume el desafío de salir a aprovechar las oportunidades generadas por la acción estatal.
En suma, con un horizonte claro en materia de compromisos internacionales y un proceso de negociaciones que permite abrir mercados en diferentes regiones del planeta, la Argentina está profundizando sus vínculos con el mundo.