Abril, 2009
Autor:
Sebastián Laffaye
La crisis financiera internacional está impactando fuertemente en la economía real, de modo que afecta al crédito y las inversiones. Este impacto negativo ha provocado un ajuste en la demanda global y repercute sobre el comercio internacional y el empleo. La crisis, originada en países desarrollados, también afecta a las economías emergentes. Los organismos internacionales predicen una recesión en 2009 con una caída del PIB en países de la OCDE y desaceleración en los países en desarrollo. A pesar de las medidas fiscales y monetarias, la economía internacional no se ha estabilizado y se espera un papel más central del Estado en la regulación y coordinación de las políticas.