Fue una gran emoción para mí encontrarme con esos padres, hermanos, esposas o abuelos; y escucharlos y saludarlos en la víspera de ese viaje tan trascendental, quizás el viaje más deseado por ellos, luego de casi 36 años de espera sin certezas. Todos los argentinos los acompañamos de corazón en esta travesía.
Creemos profundamente en el diálogo; es lo que puede dar frutos. En cambio, en el conflicto hay pérdidas. Ya lo hemos experimentado.
Por eso, la misión humanitaria confiada por la Argentina y el Reino Unido al Comité Internacional de la Cruz Roja, que concluyó con la identificación de los restos, no tiene precedentes, y fue posible gracias al trabajo mancomunado de la política y la ciencia. La voluntad de nuestro gobierno por cerrar esta dolorosa herida se unió a la enorme labor de científicos y forenses, y dio a luz finalmente esta reparación histórica.
Estamos convencidos de que no se trata sólo de una acción simbólica: es la encarnación de un importante acto de justicia con los que, como tantos otros hombres en la historia argentina, dieron su vida defendiendo a nuestra Patria.
Los invito a leer detalles de esta misión, y de otras acciones desarrolladas durante marzo desde nuestra Cancillería.