Líneas prioritarias de trabajo

Las actividades científico-tecnológicas que desarrolla el IAA abarcan un amplio espectro de disciplinas científicas, entre las que se destacan aquellas que estudian las conexiones entre la Antártida y el territorio Sudamericano argentino, cuyo objetivo es develar las íntimas relaciones biogeográficas entre ambas regiones, tanto actuales como las del pasado geológico. Ello resulta vital para un país que sostiene un reclamo soberano sobre una porción del continente blanco: conocer nuestro territorio y demostrar que ese triángulo de la Antártida conocido como el Sector Antártico Argentino posee íntimas conexiones con el resto de nuestro territorio nacional en Sudamérica, es una forma de validar nuestras pretensiones soberanas.

El IAA también aborda con carácter prioritario el estudio de los efectos del cambio climático, para poder estimar cambios en diferentes parámetros físico-químicos, su impacto sobre la biota marina y terrestre, y la respuesta de las especies antárticas a esos cambios. Asimismo, y por resultar crucial la conservación de los recursos vivos de los mares australes, se realiza un monitoreo permanente de especies clave para identificar y mitigar los impactos de origen humano, asociados principalmente a las pesquerías, y distinguirlos de aquellos que provienen de fuentes naturales, lo cual resulta fundamental para diseñar y promover medidas de conservación en el ámbito del Sistema del Tratado Antártico. El IAA también lleva a cabo investigaciones en la alta atmósfera, especialmente aquellas vinculadas al estudio del adelgazamiento de la capa de ozono, el cual puede generar efectos adversos tanto sobre la biodiversidad terrestre y marina como sobre la salud humana, no sólo en la Antártida, sino también en regiones patagónicas.  Como se advierte, lo que ocurre en la Antártida tiene efectos directos sobre nuestra población y sobre nuestros recursos, y por ello resulta crítico para la Argentina abordar su estudio minucioso.

Otras investigaciones en la alta atmósfera están relacionadas con el estudio del clima espacial, que permiten detectar perturbaciones y predecir fenómenos solares, lo cuales pueden generar problemas en los sistemas de comunicaciones terrestres y en los sistemas de posicionamiento global (GPS). La red sismológica con asiento en los laboratorios multidisciplinarios instalados en bases antárticas argentinas contribuye a redes internacionales de detección y seguimiento de eventos sísmicos.

El IAA también lleva adelante líneas de investigación microbiológica apuntadas a identificar posibles aplicaciones biotecnológicas derivadas del estudio de organismos antárticos, como por ejemplo la biorremediación de suelos contaminados por hidrocarburos a partir de microorganismos autóctonos. Esto representa un conocimiento científico que podrá sentar las bases para el desarrollo de nuevos productos y tecnologías con aplicación comercial e industrial de alto valor agregado para nuestro país.

Las líneas de estudio en Ciencias Sociales, de aparición más tardía en el continente blanco que las Ciencias Naturales, están también cobrando ímpetu en el IAA, pues poseen un potencial muy interesante para un país con una historia de más de un siglo de actividades en el continente antártico. Saber quiénes fuimos, y qué y cómo hicimos lo que lo hicimos, como así también saber quiénes fueron los países que nos acompañaron en la Antártida en el último siglo y cómo se han movido en esta inusual arena, constituye una herramienta clave para mirar hacia adelante y planificar el futuro.

De modo complementario, el IAA provee asesoramiento científico a las delegaciones argentinas que participan de los foros de negociación del Sistema del Tratado Antártico, para asegurar que las posiciones e intereses de la Argentina en esos foros sean debidamente sopesados. El IAA también participa de actividades de difusión en formatos muy diversos y con participación creciente en redes sociales, con el fin de divulgar sus resultados, sensibilizar a la población sobre la importancia de la ciencia antártica y la protección del medio ambiente antártico, y promover vocaciones antárticas en los jóvenes de nuestro país.